Reunión de aristócratas
Los condes de Osorno reúnen a los Alba y los Corsini para el bautizo del pequeño Carlos
El hijo menor del duque de Alba y Belén Corsini han celebrado la ceremonia en la parroquia de San Marcos, pero la fiesta privada ha sido en el Palacio de Liria
Los condes de Osorno han querido emplazar en el Palacio de Liria la celebración del bautizo de su hijo Carlos, el cual nació el pasado 4 de marzo. Eso sí, el acto religioso ha tenido lugar con la madrileña parroquia de San Marcos como telón de fondo, donde se han dado cita miembros de ambas poderosas familias: los Alba y los Corsini. Después, todos han puesto rumbo al palacio familiar en el que han podido festejar el bautismo del tercer nieto del duque de Alba en la más estricta intimidad. Ahora bien, por fortuna, en el templo religioso sí que ha habido oportunidad de ver a todos los protagonistas de la jornada, especialmente al pequeño Carlitos, que ha posado frente a los reporteros gráficos a los brazos de su madre, Belén Corsini, y junto a su padre, Carlos Fitz-James Stuart Solís, hijo menor del duque.
Tal y como hemos comentado en LA RAZÓN, los padrinos en este primer sacramento del pequeño Carlos han sido personas de entera confianza de los condes de Osorno. Se trata de Casilda Herrero Solís, prima de Carlos Fitz-James Stuart y Solís, así como de Borja Corsini Lacalle, hermano mayor de Belén Corsini. Todo queda en familia y es que el bautizo se ha desarrollado en la más estricta intimidad y con un reducido número de asistentes, entre familiares y los amigos más íntimos. Eso sí, pese al deseo de los dos clanes reunidos de alejar la atención mediática del gran día del tercer nieto del duque de Alba, lo cierto es que toda la atención estaba puesta en ellos en tan importante jornada.
El protagonista indiscutible del bautizo ha llegado en brazos de su mamá, luciendo el faldón de cristianar que han utilizado todos los miembros de la familia en su momento desde hace generaciones, siendo el propio duque de Alba el primero en estrenarlo, siendo éste un regalo de la abuela de Cayetana de Alba a su primer bisnieto. Belén llegaba acompañada de su marido y su suegro, que se mostraba pletórico por festejar el primer hito de su último nieto. La misma felicidad que compartía la abuela, Matilde Solís, que no se ha perdido el acto religioso. De los primeros en llegar a la parroquia de San Marcos han sido los duques de Húescar, Fernando Fitz-James Stuart y Solís y Sofía Palazuelo, con una amplia sonrisa dibujada en el rostro. Eso sí, esta vez han decidido dejar a sus hijas en casa.
Las inmediaciones del templo madrileño en el que se celebraba el bautizo poco a poco se ha ido congregando de curiosos. No es para menos, pues a la cita han acudido los miembros más destacados de ambos clanes. Los más mediáticos son los Alba, de ahí que se disparasen todos los flashes ante la llegada de Eugenia Martínez de Irujo, fielmente acompañada por su marido, Narcís Rebollo. También estaba Fernando Martínez de Irujo arropando a su hermano y su sobrino en el bautizo de su único vástago, mientras que sonada era la ausencia de sus otros hermanos. Especialmente la del conde de Salvatierra, Cayetano Martínez de Irujo, que continúa enfrentado con los suyos. En su representación acudían sus hijos con Genoveva Casanova, Luis y Amina, que llegaban en solitario y sin la compañía de sus padres, procedentes de Reino Unido, donde han establecido su vida.
Además, no ha faltado a la cita Alfonso Diez, viudo de la duquesa de Alba, que se ha convertido en un habitual en los actos de la familia, pese a la ausencia de su esposa. El cariño sigue siendo fuerte y el contacto estrecho. Algo que se ha podido comprobar de nuevo en esta importante cita familiar que les ha vuelto a reunir para hacer piña también con los Corsini, con los que brindaron en el Palacio de Liria, lugar en el que han emplazado la celebración privada alejada de miradas indiscretas.
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