Futuro
Belén Esteban: El creciente anonimato de la princesa del pueblo
Su marca ‘Sabores de la Esteban’ lucha por seguir en el mercado, a la vez que negocia su vuelta como colaboradora televisiva
No corren buenos tiempos para Belén Esteban. El final del programa Sálvame, hace casi un mes, tras catorce años en antena, parece haber marcado un antes y un después. Su vida, antes mediática, ha vuelto al anonimato tras desaparecer de las pantallas. En sólo 4 meses ha dado un giro de 180 grados y no sólo en su perfil público sino también en el plano económico. El pasado mes de marzo la colaboradora anunciaba a bombo y platino la renovación de su contrato con La Fábrica de la Tele, tras 13 años de colaboración ininterrumpida. El anuncio se hacía sin que trascendiera ni el tiempo de duración ni la cuantía.»Estoy muy contenta. Sálvame es el programa de mi vida y estoy en la productora que quiero estar. Llevo 13 años en La Fábrica de la Tele y es mi casa. Ojalá sean otros 30 años más y me pueda jubilar con La Fábrica de la Tele y en Mediaset», afirmaba exultante tras conocerse su renovación. Cuatro meses después, la desaparición de las pantallas ha visto afectada la economía de la presentadora, cuyo contrato con la productora era uno de los secretos mejor guardados del universo Sálvame.
Aunque las cifras exactas nunca han llegado a conocerse, la primera pista la daba una conocida publicación, que aseguraba que Belén facturó 31.350 euros durante los meses del confinamiento en la pandemia, gracias a sus colaboraciones en Sálvame. La princesa del pueblo se apresuró a desmentir esta información pese a sacar pecho de su estatus de «copresentadora» del espacio. Según la información publicada por “EsDiario” durante su etapa junto a Toño Sanchís como representante, la ex de Jesulín cobraba anualmente alrededor de 350.000 euros. Una cantidad que se supone se ha incrementado, al actualizar el contrato en las sucesivas renovaciones que, año a año, ha ido pactando con la productora. La cifra cuadra con otra que se manejaba desde tiempo atrás y que apuntaba que Belén facturaba 1.100 euros por cada aparición en pantalla en la edición diaria de Sálvame. “Deluxes” y entrevistas exclusivas aparte.
Teniendo en cuenta lo anterior, la caída en ingresos es más que significativa aunque Belén y alguno de sus compañeros no hayan desaparecido del todo de la televisión. «Las condiciones que han pactado ahora para hacer la serie son totalmente diferentes al contrato que tenían en televisión». Se refieren a la serie que varios miembros del formato Sálvame (Belén Esteban, Terelu Campos, Kiko Matamoros, Kiko Hernández y Lydia Lozano, Chelo García Cortés y Victor Sandoval) grababan para Netflix hace unos días en Miami. Según esta fuente, su sueldo «no tiene nada que ver a los sueldos que percibían en la tele. Cada uno ha negociado sus cachés individualmente con la productora», señalan las mismas fuentes en referencia a la producción de la cadena de pago.
Por otro lado, su empresa Sabores de la Esteban SL, creada en marzo de 2021, vive sus peores horas desde que Belén decidiera fundar su empresa para la «compra, venta, elaboración, distribución, almacenamiento, importación y exportación de todo tipo de alimentos, postres y comestibles». En este último año fiscal, la empresa, que cuenta en sus filas con dos trabajadores fijos, declaró unos beneficios al final del ejercicio de 9.472,06 euros, muy lejos de las ganancias declaradas en el anterior correspondiente a 2021 y en que la sociedad había declarado unos beneficios de 161.986,41 euros. Esto supone una caída en los ingresos de más de 152.000 euros, un 94% menos respecto del primer año de vida de la empresa en el sector.
¿Se ha pinchado el globo?
Para analizar el porqué en la caída tan señalada en la facturación de la sociedad basta con analizar las cifras, comparándolas con las del año anterior. Los activos de la sociedad han pasado de 212.867,08 euros (2021) a sólo 16.040,14 en el año 2022. La culpa de ello la tienen los deudores comerciales de la empresa y otras cuentas pendientes de cobrar que se supone tiene la empresa, que pasaron de los 62.892 euros a 8.561,71 euros el último ejercicio. Todo ello ha hecho que el efectivo (los llamados activos líquidos) de la empresa al final del ejercicio haya disminuido sensiblemente con respecto a 2021, cayendo en picado desde los 212.867,08 euros hasta los escasos 16.040,14 euros en 2022. Las solvencia de la empresa también se han resentido si tenemos en cuenta el patrimonio de la misma, que cayó desde los 164.986,41 declarado en 2021, hasta los 13.072,06 euros que la sociedad registró en 2022, lo que supone una descenso de un 92% en la cifra del patrimonio neto de la sociedad. Siguiendo la tónica negativa del último año, Belen Esteban vio reducidos los ingresos de explotación de diferente tipo desde los 242.346,45 euros de 2021 hasta los 72.999,83 en 2022.
En el lado positiva cabe destacar que este año, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) mejoró el ranking de la empresa en la comparativa anual de gazpachos que, como cada año, la organización de consumidores hace al llegar estas fechas para analizar la oferta existente en el mercado. En ella Belén puede estar contenta ya que la marca «Sabores de la Esteban» sale mejor parada este año que en los anteriores. El cambio de la botella de plástico al brick, parece haber mejorado el ranking de la marca sensiblemente.
Su gazpacho: fuera del ‘top ten’ de la OCU
Actualmente su gazpacho y su salmorejo de la marca ?Los sabores de la Esteban’ ocupa el puesto 14 en la lista de la Organización de Consumidores y Usuarios. Aquí se valoran anualmente 39 gazpachos y 29 salmorejos. Ha mejorado cuatro posiciones respecto al año pasado y eso, es debido a que Esteban a optado por un envase ecológico. Ha abandonado la botella de plástico en favor del brick reciclable. Otro factor que suma en negativo es la relación calidad precio, ya que sus productos no tienen precios ajustados. Las valoraciones en cuanto al sabor del producto en sí y la calidad de los ingredientes utilizados es buena. Belén siempre ha apostado por lo mejor de la huerta por su producto y esto más su receta magistral familiar para convencer al consumidor.