Celebración
43 años, 5 millones, 1 marido y 0 hijos: las cifras clave de Tamara Falcó
La marquesa de Griñón alcanza este 20 de noviembre los 43 años entre el éxito profesional y el anhelo de la maternidad
Tamara Falcó está de celebración. La marquesa de Griñón alcanza este miércoles 20 de noviembre los 43 años, y lo cierto es que son muchas las razones que tiene para sonreír. Su matrimonio con Íñigo Onieva parece ir viento en popa, y además empresario acaba de consolidarse como director de Casa Salesas, el restaurante que regenta a través de Casablanca Salesas, cuya administración recae únicamente sobre él.
Un espacio ubicado en uno de los barrios más atractivos de la capital y que en los últimos meses se ha consolidado como el “place to be” de la jet, un lugar ideal para que la hija de Isabel Preysler celebre su cumpleaños junto a sus amigos, familiares y demás seres queridos.
La socialité atraviesa un momento dorado desde hace unos cuantos años, cuando su popularidad empezó a crecer como la espuma. Su docu-reality para Netflix influyó positivamente en esta suerte de renacer mediático de Falcó, que ya parece haber superado a su madre en su posición de reina del couché. Desde entonces, los proyectos se le han ido sucediendo y ha hecho sus pinitos en varios sectores, desde la televisión y la publicidad hasta la moda, pasando por la gastronomía.
En sus redes sociales cuenta con más de millón y medio de seguidores, un reclamo para las marcas que quieren contar con ella como patrocinadora de sus productos. Esta buena racha profesional en la que por supuesto influye su buena mira para los negocios le ha permitido amasar un patrimonio de, al menos, 5 millones de euros, según publicó “Informalia” en julio de 2023, por lo que es fácil suposición que el montante habrá crecido en el último año.
Tamara Falcó consigue todo lo que se propone, o al menos casi todo. La marquesa lleva intentando desde que se dio el “sí, quiero” crear una familia con Íñigo Onieva. Un deseo de ser madre de momento frustrado al que antepone sus ideas religiosas.
Descarta técnicas como la fecundación in vitro o la inseminación artificial, avances científicos que han ayudado a otras muchas mujeres que han querido ser madres después de los 40. Ella prefiere encomendarse a Dios y a tratamientos que solo pasan por propiciar las condiciones que den lugar a un embarazo natural.
Se trata de naprotecnología, un tratamiento que consiste en “buscar el origen del problema, el problema de salud que causa la infertilidad y por el que no se consigue embarazo. Hacer un diagnóstico exhaustivo para poder poner un tratamiento específico para ese problema”, tal y como la directora de la clínica explicó en su día a “Europa Press”.
Aunque la directora no habló en ningún momento del caso concreto de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, sí explicó que sus pacientes acuden interesados en un tratamiento que “es la única ciencia de la salud de la mujer que permite monitorización reproductiva y tratamiento de salud ginecológica a través de tratamientos médicos, ya sean hormonales o no hormonales, y tratamientos quirúrgicos si es el caso, siempre de forma cooperativa con el ciclo menstrual”.
De momento, el tratamiento no está dando sus frutos y Tamara solo puede pensar en un único deseo a la hora de soplar las velas de su tarta de cumpleaños.