La viuda de Bernardo Pantoja apoya incondicionalmente a Luis Vicente Rico en su demanda de paternidad para ser reconocido como hijo del recientemente fallecido hermano de Isabel Pantoja.

Junco, la japonesa que se entregó en cuerpo y alma a Bernardo en sus últimos años de vida, mantiene una relación de inmenso cariño con este hombre de treinta y ocho años al que todos conocen con el apodo de Pinocho, nadie mejor que ella sabe como Luis se ha volcado con su presunto padre durante su enfermedad.

Casi todos los días, tras salir del turno de noche del departamento de reposición de un gran hipermercado, se marchaba a descansar unas horas para luego pasarse por la casa de Bernardo. Este último le llegó a reconocer como hijo públicamente, y estaba dispuesto a declarar en su favor en un juzgado para darle sus apellidos. La enfermedad lo impidió.

Anabel Pantoja no está por la labor de apoyar a Luis en su proceso judicial, pero existen pruebas irrefutables que demuestran casi al cien por cien que ella y Luis son hermanos.

Pinocho no quiere una guerra mediática con la pantojita chica, le gustaría mantener con ella una relación cordial. No busca llamarla hermana, aunque podría hacerlo si la Justicia le da la razón. Solamente desea el apellido Panroja por una cuestión de justicia y dignidad.