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Tamara Falcó ignora, por “consejo divino”, los flirteos de su novio con otras

Tamara Falcó e Íñigo Onieva
Tamara Falcó e Íñigo OnievaUATGTRES

Mientras Tamara Falcó reza a la Virgen María en el pequeño santuario que tiene en su casa, su novio, Íñigo Onieva, flirtea con otras en las discotecas, tal y como ocurrió el pasado fin de semana en una sala madrileña.

Entre canción y canción, achuchones y abrazos, cercanía extrema y diversión continua.

Las fervientes amigas de la hija de Isabel Preysler se preguntan por qué aguanta tanto desafuero nocturno. Tan beata y religiosa, tan mística y llena de fe, Tamarita parece dominada por esa clase de amor que ciega los ojos y los sentidos.

Tamara Falcó
Tamara FalcóCarlos LujánEuropa Press

Las malas lenguas se ríen de la situación afirmando que la marquesita de Griñónse hace la tonta por “consejo divino”. Ironía al cien por cien y cachondeo supino.

Cuesta creer que Tamara haya llegado al acuerdo con su chico de que si él va a misa los domingos, ella le acompañará a las discotecas. Por el momento, ni a uno se le ha visto rezando piadosamente, ni a la otra bailando alocadamente en las listas de baile. Que nos lo expliquen…