Un embarazo silencioso, un mutis por el foro, el secretismo absoluto, un aislamiento a prueba, incluso, de la familia… María José Campanario esconde su periodo de gestación a propios y extraños, hay que salvaguardar la jugosa exclusiva para la revista del saludo.

Por eso esconde su barriguita cuando la pillan los paparazzis, no quiere fallos, sabe a lo que se expone si las imágenes son demasiado significativas, la cantidad pactada bajaría muchos enteros.

Dicen que su marido Jesulín ha pedido a sus familiares más cercanos que no aporten ni un solo dato sobre la evolución del embarazo de su mujer, no desea que se repitan las filtraciones de anteriores periodos de gestación. Ni la dicharachera tita, Laly Bazan, aparece como antaño en los medios contando intimidades. Le han dado un aviso, nunca mejor dicho, porque su sobrino es torero.

Una persona que vive en la misma urbanización de Arcos de la Frontera en la que residen los Janeiro Campanario, deja entrever que “por lo que se comenta por aquí,el embarazo va muy bien, María José y Jesús están deseando que nazca el bebé, y les gustaría que su hija Julia pasara más tiempo en la casa familiar para que eche una mano a su madre cuando venga al mundo el nuevo miembro de la familia”.