Mudanza
María Teresa Campos abandona llorando el casoplón de su vida
Un último adiós, una despedida triste, veinte años que se quedan en el baúl de los recuerdos
Un último adiós, una despedida triste, veinte años que se quedan en el baúl de los recuerdos. María Teresa Camposdejaba definitivamente el casoplón de su vida sin poder evitar que se le saltaran las lágrimas por la emoción. Ya está hecha la mudanza, había tantos enseres que ha necesitado dos días para sacar todo lo que tenia en el chalet de la zona madrileña de Molino de la Hoz en el que ha vivido durante las últimas dos décadas..
La veterana periodista salía del inmueble arropada, y agarrada del brazo, por su incondicional chofer, casi un hijo, Gustavo, y se dirigieron al ático que acaba de alquilar por unos dos mil quinientos euros mensuales y que se encuentra muy cerca del domicilio de su hija Terelu.
A la matriarca le espera una nueva vida alejada de su gran jardín, ahora se tendrá que conformar con dar paseos por la amplia terraza de su ático. Aunque, conociéndola, pasará más tiempo en el piso de Terelu que en el suyo.
La rumorología apunta a que Teresa se siente muy sola, antes, a pesar de los pesares, jugaba al “piticlin " con Edmundo Arrocet, el hombre con el que compartió más de cinco años de su vida, pero ahora le agobia la soledad.
Sus dos hijas y sus nietas hacen sus vidas, el mismo Edmundo confesó que Terelu y Carmen visitaban poco a su progenitora, queremos pensar que exageraba las cosas, pero la falta de trabajo y los enfrentamientos familiares han minado su ánimo y su salud. Por eso, ya lo hemos contado en esta web, ha rogado a sus retiñas, y a su nieta Alejandra, que diriman sus diferencias en privado y se dejen de airear en televisión sus desafueros. Y por el momento no lo está logrando, basta recordar las acusaciones de la nietísima al calificar a su tía Carmen de “mala hermana”. Fue el pasado fin de semana en “Viva la vida”, el programa en el que colabora junto con su madre.