Rectificar es de sabios, yJosé Ortega Cano ha tenido que salir al paso de los lamentos de su mujer, Ana María Aldón, al referirse al excesivo cariño que su marido le sigue demostrando a la fallecida a Rocío Jurado. Ana llegó a cuestionarse qué papel ocupa ella en la vida del torero, en su rostro afloraron las lágrimas y daba pena contemplar el momento.

Hoy lunes, Ortega ha dejado muy claro en directo, en el programa de ‘Ana Rosa Quintana’ que “amo, quiero y cuido a mi esposa”. Quiere zanjar de inmediato un tema que puede hacer mucho daño a su matrimonio por los comentarios y los zascas que se pueden contemplar en las redes sociales. José parece no ser consciente de que Rocío se ha ido para siempre y que no debe tener su casa convertida en un museo perpetuo en homenaje a la Jurado. La vida sigue y la realidad es que Ana María Aldón es su esposa, la madre de su hijo pequeño y la persona que le mima, le ama y más pendiente está de su estado de salud.

Hasta ahora, Ana María guardaba silencio y no desvelaba sus pesares, respeta demasiado el recuerdo de Rocío Jurado, como para enemistarse con Ortega por su culpa, pero todo tiene un límite. El presente es ella, la otra, por muy grande que fuera, es parte de un pasado que nunca se repetirá.