Amalia de Holanda atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida. El crimen organizado se ha convertido en un grave problema de seguridad pública en los Países Bajos, y la mafia ha extendido sus amenazas incluso a la princesa. Con el fin de garantizar su integridad, se decidió que abandonara el piso de estudiantes que compartía en el centro de Amsterdam para regresar a palacio, y ahora su rutina se limita a asistir a sus clases de la universidad y regresar a casa de inmediato.

“Voy a ser muy honesta, todavía estoy pasando un momento muy duro. Echo de menos la vida normal, la vida de una estudiante. Pasear por las calles, poder ir a una tienda”, lamentó la heredera al trono holandés en una reciente rueda de prensa.

Pero, en medio de esta complicada situación, la princesa Amalia ha encontrado un refugio que le permite disfrutar de una vida relativamente normal sin tener que preocuparse de su propia seguridad, y no es otro que la ciudad de Madrid.

Según publica “Vanitatis”, la primogénita de los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima viajó hasta la capital española el pasado fin de semana para reunirse con unos amigos y disfrutar del ocio que ofrece La Villa, y esta escapada se produce menos de un mes después de su último viaje a Madrid.

A finales de enero, la princesa Amalia y su madre se dejaron ver por las calles de la misma ciudad, paseando por la conocida como “Milla de oro” y almorzando en las típicas terrazas madrileñas. La Reina Máxima es original de Argentina, y todas sus hijas hablan con fluidez el español, lo que propicia los vínculos de la joven heredera con nuestro país. De hecho, los rumores apuntan a que detrás de sus repetidas visitas en tan poco tiempo podría esconderse un “amigo especial” que la motivaría a regresar a España con asiduidad.