La princesa Amalia de Holanda y su madre, la Reina Máxima, han disfrutado de unos días de descanso en nuestro país. La esposa del jefe de Estado de Países Bajos y la heredera al tronose han dejado ver por Madrid mientras recorrían algunas de sus calles más céntricas, acompañadas de su perro Mambo. Han aprovechado las semanas de rebajas para hacer unas compras y renovar su armario, y después saciaron su sed y apetito en una conocida terraza de la capital.

Este inesperado viaje privado llega en un momento especialmente complicado para la princesa Máxima. Holanda atraviesa una crisis de seguridad por culpa del crimen organizado, y la mismísima heredera ha recibido amenazas de parte de la mafia, amenazas que la Corona se ha tomado muy en serio. De hecho, al comenzar sus estudios universitarios, la hija de los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima vivía en un céntrico piso de Ámsterdam junto a otros compañeros, pero se vio obligada a regresar a Palacio para garantizar su seguridad.

“Amalia va bien, pero por supuesto es muy frustrante y no es fácil”, lamentó el jefe de Estado durante una rueda de prensa, refiriéndose a la complicada situación que atraviesa su hija.

Aun así, la princesa Amalia ha demostrado su compromiso con sus deberes como heredera y dentro de muy poco llevará a cabo su primer viaje oficial como heredera. Se trata de una larga gira por las antiguas colonias holandesas, que se extenderá hasta el próximo 9 de febrero y que comienza en Bonaire. Teniendo en cuenta las amenazas que ha recibido, se entiende que los servicios de seguridad con los que siempre cuenta la heredera se verán todavía más reforzados.