Royals
Desmontando a Harry, príncipe con mucho cuento
Parece difícil de creer que este libro, en el que revela todo tipo de intimidades sobre la familia Windsor, vaya acercarle más a su padre, el rey Carlos III, o a su hermano, el príncipe William. Toda una contradicción
La telenovela creada por el príncipe Harry está llena de contradicciones. ¿No es irónico que sepamos ahora mucho más sobre los que renunciaron a la vida real porque deseaban permanecer en privado que aquellos que optaron por quedarse?
Desde que abandonaron el Palacio, Harry y Meghan, también conocidos como los duques de Sussex –porque aún mantienen ciertos privilegios–, defienden en todo momento que están tratando de retomar el control de la narrativa sobre ellos mismos después de una cobertura negativa de la prensa que llegó a poner, según sus propias palabras, su vida en peligro.
El polémico estreno global de la biografía publicada esta semana por el hijo menor de Lady Di se enmarca en este argumento. Pero lo cierto es que el príncipe se ha metido en un círculo vicioso que plantea serias dudas a los supuestos objetivos que quiere alcanzar. Resulta al fin y al cabo arduamente complicado creer que este libro, lleno de interioridades y acusaciones a los Windsor, vaya a acercarle a su padre, Carlos III, y su hermano, el príncipe Guillermo.
La biografía, cuyo título en español es «En la sombra», se ha convertido en un fenómeno mundial. En el Reino Unido es ya el libro de no ficción más vendido de toda la historia. Pero el incremento de la cuenta bancaria del protagonista –se habla de 17 millones de euros de adelanto por las memorias y de un contrato de 100 millones con Netflix– crece con la misma velocidad con la ha caído en picado su popularidad entre los británicos.
El que en su día fuera el miembro más querido de la familia real es ahora uno de los más odiados. Pese a los ataques dirigidos hacia su padre y su hermano, la popularidad del actual monarca y el heredero se han visto reforzadas. Sin embargo, cada vez son menos los que creen que la monarquía sobrevivirá los próximos 100 años. La biografía de Harry es probablemente el libro más extraño jamás escrito por un miembro de la realeza. Es en parte una confesión, en parte una diatriba y en parte una carta de amor hacia su madre y su mujer. Pero ante todo es el mensaje de enfado y rencor más largo jamás enviado. Se trata de un relato desde el interior de lo que él llama una «pecera surrealista» y un «show interminable de Truman». Cuenta detalles íntimos de su vida, como el día que perdió la virginidad con 17 años detrás de un pub o cómo reconocía fácilmente a las chicas con «síndrome del trono», que «se veían con la corona en el momento en que me cogían de la mano».
Su vida anterior a Meghan en Londres estaba llena de lujos, pero también llena de sombras y fantasmas. Cuenta que sufría ataques de pánico, que se sentía sumamente solo, que se automedicaba con drogas psicodélicas para escapar de su dolor, que planificaba las salidas de compras como incursiones militares, para llevarlas a cabo disfrazado y a toda velocidad.
Todo el relato se centra en el enorme trauma que le produjo la muerte de su madre, Lady Di, posiblemente uno de los rostros más conocidos en todo el mundo. Harry odia a la prensa, porque la culpa de su muerte; considera que si se hubiera quedado en Londres su mujer, Meghan, podría haber acabado de la misma manera y odia a la prensa porque la culpa también del distanciamiento con su hermano.
Ruleta rusa
En definitiva, Harry culpa a la prensa de llevar un juego sucio, despiadado y peligroso. Pero no es consciente de que su propia madre fue partícipe y él mismo ahora juega a la misma ruleta rusa que critica protagonizando, de manera consciente, portada tras portada, y dando a la prensa la carnaza que él sabe mejor que nadie que vende: los trapos sucios de Palacio.
Quizá alcanzaría la paz que tanto dice ansiar reconociendo que es una parte más del engranaje. Pero no. Siempre culpa a la prensa de todos sus problemas. Porque Harry dice ahora que nunca acusaron a la familia real de racismo en su entrevista con Oprah cuando revelaron que algunos habían mostrado preocupación sobre el color de la piel del bebé que esperaban. Que todo fue una malinterpretación.
Cuando en el programa estadounidense de «60 Minutes» el venerado periodista Anderson Cooper plantea a Harry qué le diría a su hermano si éste estuviese viendo la entrevista, el príncipe respondió que lo que tuviera que decirle lo haría «en la intimidad». Uno ya no sabe si reír o llorar. En la biografía, Harry acusa a William de agredirle, de criticar a su mujer, incluso de alentarle a llevar el controvertido disfraz nazi de la polémica fiesta que acaparó las portadas de los tabloides en 2005. Pero las cosas las quiere hablar luego en la intimidad... Quizá lo más evidente es que Harry sufre del síndrome del «hermano menor del rey». En todas las generaciones se repite el mismo patrón. Pasó con la princesa Margarita (hermana de Isabel II) y el príncipe Andrés (hermano de Carlos III). Harry no soporta la ira que le genera ser «el de repuesto» –el título en su versión inglesa–.
La competencia entre niños es común, y la rivalidad entre hermanos aún más, especialmente cuando son solo dos. Ciertamente, la mayoría no nace en familias con jerarquías establecidas que sirvan para recordarles su lugar exacto. Pero la discordia fraternal ha existido a lo largo de los tiempos, inspirando innumerables obras de arte en todos los ámbitos. Por lo que Harry no es especial: el suyo es uno de los dramas más comunes de la naturaleza humana. Aunque no todos tienen el privilegio de cobrar millonadas por contarlo. Harry renunció a la familia real en medio de quejas de que preferían una vida privada como «personas normales». Pero nada ha cambiado. Su vida ahora sigue siendo un «show de Truman». Y esta vez, por decisión personal.
Una vida de película: hijo de madre soltera y un padre Dj de Rock & Roll
Harry es el protagonista de sus memorias. Es su rostro quien aparece en la portada. Sin embargo, el relato está escrito por el periodista John J. Moehringer , quien en 2000 ganó el Premio Pulitzer por un reportaje sobre las tensiones que surgieron cuando se abrió un ferry en una pequeña comunidad segregada en el estado estadounidense de Alabama. Los mejores «escritores fantasma» no solo escriben bien, sino que son capaces de encarnar a sus temas, sin parecer nunca un monologuista haciendo una imitación. «Él es la cúspide», afirmó la agente literaria Madeleine Morel a «The Observer». «Estoy segura de que todo el mundo aspira a ser como él. Es un escritor brillante. Es muy difícil ser un escritor fantasma y escribir un libro que no parezca que hubiese sido escrito por otra persona».
Esta no es la primera incursión del periodista en el mundo de las autobiografías: escribió las del tenista Andre Agassi, Open, y colaboró con el cofundador de Nike, Phil Knight, en las suyas (Shoe Dog). Su papel, no obstante, es pasar desapercibido. Tras el lanzamiento de Open de Agassi en 2009, dijo al New York Times: «La comadrona no se va a casa con el bebé».
En cualquier caso, su propia vida es de película. Literalmente. En su propia autobiografía de 2005, The Tender Bar, Moehringer habló de su infancia en Long Island, criado por una madre soltera, y de cómo encontró una figura paterna en su tío Charlie. Su padre, un DJ de Rock & Roll en los primeros tiempos de la radio FM, abandonó a la familia. La versión cinematográfica de 2021 de «The Tender Bar», producida por George Clooney, contó con Ben Affleck como el mencionado tío Charlie. Ante las críticas recibidas ahora por el libro de Harry por incorrecciones ante determinados pasajes él insiste en que los errores son comunes en este tipo de libros donde «la línea entre la memoria y el hecho es borrosa».
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