Docuserie
Harry y Meghan consuman su venganza
La duquesa asegura, en la docuserie, que «hice todo lo posible para ser parte de la familia real... Pero no encajé»
El duque de Sussex alega, en los últimos episodios de la docuserie «Harry y Meghan», que su hermano mayor, ahora heredero del trono, lo asustó en enero de 2020, durante la «cumbre de Sandringham», mientras le gritaba frente a su padre y su abuela cuando intentaba llegar a un acuerdo para salir del Reino Unido. El duque había firmado estar dispuesto a negociar su salida manteniendo parte de sus servicios a la Reina y conservando sus títulos. «Fue aterrador que mi hermano me gritara y mi padre dijera cosas que simplemente no eran ciertas. Y mi abuela, ya sabes, sentada en silencio y aceptándolo todo», relata mostrando su asombro.
El príncipe Harry afirma que cuando se reunió con su familia entró con la misma propuesta que por escrito le había enviado a su padre. Pero al llegar allí «me dieron cinco opciones: una era todo dentro, sin cambios, cinco era todo fuera». Elegí la opción tres: mitad dentro, mitad fuera. Tener nuestros propios trabajos pero también trabajar en apoyo de la Reina. Rápidamente quedó muy claro que el objetivo no estaba sujeto a discusión o debate».
El menor de los hijos de Carlos III revela también que poco antes de coger su vuelo de regreso a Canadá se emitió una declaración conjunta que negaba las afirmaciones de que William «intimidó» a los Sussex para sacarlos de la Familia Real. «No podía creerlo. Nadie me había pedido permiso para poner mi nombre en una declaración como esa... Cuando se lo conté a Meghan se echó a llorar por teléfono, porque no les importaba mentir para proteger a mi hermano William, pero no habían hecho nada por protegernos a nosotros».
En el cuarto episodio, que comienza con la boda real de los duques de Sussex, estos relatan que la ex actriz ya era calificada por los tabloides como «independiente y peleona, una mujer extranjera a la que el Sistema quería quitársela de encima».
Celos por su popularidad
Según los protagonistas, la realeza estaba molesta porque eran «mejores» en el trabajo que el príncipe Carlos o los duques de Cambridge y eso suponía «una amenaza». La nueva pareja podía desestabilizar la dinámica del poder por lo que había que «meterlos en una caja o hacerlos irrelevantes». Se inició entonces una campaña de desprestigio de la pareja, calificando entre otras cosas a Meghan de ser «una versión del anticristo». El cuento de hadas de la pareja se había roto y solo había una culpable: la duquesa.
Llegó un punto en el que la esposa del príncipe Harry asumió que si ella desaparecía, el problema desaparecería. «Quería quitarse la vida y eso me partió el corazón porque sabía que era una idea real. Yo no podía protegerla y Harry tampoco», afirma entre lágrimas la madre de Meghan, Doria Ragland. «Estaba destrozada, sabía que ella sufría y yo me comportaba como el hombre-institución y no como el hombre-marido que debía de ser. Y me odio por aquello, por no darle la ayuda que necesitaba de mí», añade Harry.
Por su parte, Markle afirma que «me esforcé mucho y esa es la parte que me desequilibró, porque no fue suficiente. No encajé». Para Harry, «la parte más triste fue la brecha creada entre mi hermano y yo para que ahora esté del lado de la institución».
Los cien días del reinado de Carlos III
Se cumplen cien días desde que Carlos III subió al trono, tras el fallecimiento de Isabel II, el pasado 8 de septiembre. El monarca ha tenido que ganarse la popularidad de los británicos y además tiene abiertos varios frentes, el más delicado los testimonios que su hijo, el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, han dejado en la docuserie estrenada estos días en Netflix. El «me dieron de comer a los lobos» de la duquesa de Sussex y las acusaciones de una conspiración contra ellos para proteger al príncipe William, no dejan en muy buen lugar a la Institución. De momento, el soberano está centrado en su histórica ceremonia de coronación, que se celebrará el próximo 6 de mayo, sobre la que hay serias dudas de la asistencia de los duques de Sussex. Todo apunta a que no podrían ser bien recibidos.