Moda
Las puntadas secretas de la alta costura
¿Puede la moda sorprender? ¿Tiene sentido que un chándal cueste miles de euros? ¿Quién se ha caído en pleno desfile? Tenemos todas las respuestas.
Una de las grandes virtudes de la moda es su vocación escapista, pero en tiempos de crisis, esa ventana hacia la ensoñación puede conducir a la culpa. Los desfiles son capaces de servir también de espejo de la realidad (basta con recordar el pasado desfile silente de Giorgio Armani o el show bajo la nieve con el que Balenciaga recordó en marzo a los refugiados), pero es durante la alta costura cuando las firmas despliegan sus alas para hacernos huir del presente para soñar.
La costura permite a las marcas despojarse de las imposiciones comerciales (se estima que son únicamente 4.000 los compradores de alta costura) y tejer la fantasía y la irrealidad, pues como asegura Christian Lacroix, “La alta costura ha de ser divertida, tonta y prácticamente imponible”.. Pese a todo, la mejor forma de sorprender en la era de las redes sociales no se encuentra, lamentablemente, en los talleres, sino en apostar por celebridades. La semana couture ha sido más comentada por el aluvión de famosas que ha asistido a los desfiles que por los diseños presentados, pues las marcas ya no se preocupan solo por su clientela más exquisita, sino también por la visibilidad de su negocio. El desfile más comentado ha sido el de Balenciaga, en el que Demna Gvasalia ha contado con Maluma, Dua Lipa, Kim Kardashian y Nicole Kidman como modelos de una colección que ha comenzado con el futuro (no olvidemos que la costura es un viaje por el tiempo), con modelos con los rostros cubiertos por máscaras de poliruetano, hasta abrazar el pasado.
Segundos antes del desfile, Dua Lipa confesaba tener miedo de tropezarse. “Si te caes, yo te sujeto”, le dijo Nicole Kidman antes de que Kim añadiera un cómplice “Nosotras te agarramos”. No hizo falta que lo hicieran, aunque horas después, tras besar a Jean Paul Gaultier a escasos segundos de terminar el desfile, la supermodelo Kristen McMenamy se cayó en plena pasarela ante la atenta mirada de Kim, sentada en el front row junto a su hija North y enfundada en un look de la marca que rinde homenaje al controvertido outfit de Madonna en los premios amfAR de 1992, cuando posó con los pechos al aire.
Al mirar hacia el pasado hemos de hablar de Stephane Rolland, que para celebrar el décimo aniversario de la marca, volvió a confiar en la elegancia de su amiga y musa, Nieves Álvarez, que se encargó de abrir y de cerrar su desfile.
“Gracias por todo lo que haces por mí y por nuestro equipo. Gracias por tus ganas constantes de vivir. Gracias por estar siempre ahí”, escribía al finalizar el show el diseñador en sus redes sociales a la modelo. Nieves no ha sido la única española sobre la pasarela, pues la incombustible Miriam Sánchez ha mostrado las propuestas de Chanel, mientras que la influencer Marta López Álamo sorprendió al mundo al desfilar para tres firmas de costura.
Al hablar de sabor castizo hemos de acercarnos a Dior, pues la firma presentó recientemente en Sevilla su desfile crucero 2023, y en la semana de la alta costura no ha dudado en invitar a algunas de sus más fieles seguidoras: Victoria Federica y Alessandra de Osma, enfundada en un look de costura de la maison, que también atrajo a Beatrice Borromeo, embajadora de la marca. Otra prueba más de que la moda no da la espalda a la realidad incluso en la semana de la alta costura ha sido precisamente que la directora creativa de la marca, Maria Grazia Chiuri, ha colaborado en esta ocasión con la artista ucraniana Olesia Trofymenko, que ha jugado con el enfrentamiento entre la belleza y el horror de la guerra con sus creaciones.
No solo están los que creen que la industria de las tendencias está ciega, sino que también hay quien dice que la moda ya no es capaz de sorprender, pero lo cierto es que ha sido precisamente la sencillez de algunas propuestas las que nos han dejado boquiabiertos. La costura no se trata únicamente de diseños extravagantes e imposibles, sino que lo realmente alucinante es que incluso las prendas más clásicas pueden ser couture por su exquisita y meticulosa confección. Ese es el caso de una de las prendas más clásicas de todo fondo de armario, la camisa blanca, que en el desfile de Viktor & Rolf ha aparecido en dimensiones hiperbólicas adornada con la clásica pajarita negra de seda de la marca, o incluso de los chándales, que han aparecido en el desfile de Balenciaga. Chanel ha vuelto a conjugar las claves de la marca, pero esta vez ha apostado por siluetas más relajadas y ha hecho de sus twin sets conjuntos más desenfadados que dejan claro que la costura, pese a lo que pudiera parecer, también puede ser discreta. Al fin y al cabo, el verdadero privilegio y el lujo real no es llevar vestidos de volúmenes inabarcables, sino lucir un chándal que cuesta tanto como un coche sin necesidad de que nadie lo sepa o poder admirar la belleza sin pedir perdón.
“Creo que en ocasiones nos podemos a la defensiva cuando nuestros críticos nos acusan de querer hacer cosas bonitas. ¿Qué hay de malo en eso? No es lo más importante de la vida, pero sí es parte de ella, y hacer cosas bonitas no es tan fácil, sino un privilegio, y estoy agradecido de tenerlo”, explica Daniel Rosebrry, director creativo de Schiaparelli. Quizás no podemos comprar jamás diseños de alta costura, pero lo que sí podemos hacer es admirar su belleza, y estamos agradecidos de ello.
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