Política
Estoy con Cayetana: ¡más entrevistas a Carmen Calvo, porfa!
Después de escuchar muy atentamente a Carmen Calvo en lo de Alsina, Cayetana Álvarez de Toledo estalló en las redes: «Más entrevistas a Carmen Calvo, por favor. Muchas, muchas más. Qué empanada mental. Qué naufragio dialéctico. Qué disparate político. Qué absoluta maravilla». A Cayetana le va meter jodas en las codas, o sea, una coña a modo de remate. A mí también. Soy como los políticos: más de finales que de principios. Todo se contagia, aunque lleves la Pfizer en vena. Tiene razón Cayetana: la vice segunda es una maravilla. Ahí la tienen, en la pista central del circo, dispuesta a animar el show ante la ausencia del presi, que anda perdido por los recovecos de la Moncloa con la duda existencial machacándole las neuronas, es decir, a ver cómo me las arreglo yo para comunicar a los paisanos lo que me piden mis señoritos de Bruselas sin que me lapiden antes de las elecciones que voy a convocar en cuanto tenga vacunaditos a todos y los fondos de la UE en el bolsillo. El presi medita en posición de flor de loto mientras su gurú Iván le susurra al oído: «Recuerda que la política es el arte de lo que no se ve». Entonces, Él, que es la Política en estado puro, sustancia y raíz, desaparece otra vez y deja que el timbre de alarma lo pulsen los jueces. Pero reaparece Carmen y nos regala un calvo, acercándose por momentos en calidad y cantidad al extraordinario número de la empanadilla de Móstoles de Martes y Trece, ya en la historia del humorismo español más delirante y surrealista. Qué risa, tía Felisa. A ver, ¿quién puede superar eso de que Ayuso recuerda a Puigdemont, que la libertad que pide el PP es la misma con la que nos nazis asesinaban en los campos de concentración y que «para un socialista es difícil hablar de cañas, ex parejas y berberechos»? Creo sinceramente que ya ha superado su cumbre cómica: «El dinero público no es de nadie», aunque ahora podría añadir: «Y el de los fondos europeos, solo de quien nosotros decidamos».
Ay, Cayetana: ser humorista es fácil cuando tienes a todo un Gobierno trabajando para ti. Lo difícil es serlo y ejercerlo perteneciendo al Gobierno. Y ahí está Carmen, la maravilla.
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