Uno de los temas que han suscitado la atención de la Prensa del corazón esta semana ha sidola pelea entre Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez. Un tema de difícil solución a no ser que los dos pongan mucho de su parte. Puede que San Judas Tadeo tenga la llave para la reconciliación entre ambos. El llamado “patrono de los casos imposibles” es venerado desde hace años por la “princesa del pueblo”, que suele visitar la iglesia madrileña de Santa Cruz, donde se guarda la imagen del santo, una vez al mes.

La de San Blas le regaló una medallita de Judas Tadeo a su hasta hace poco amigo, Jorge Javier, y el presentador la guarda en su mesilla de noche.

Hace unos días, Belén fue al templo en cuestión para pedir que se le arreglen los problemas. A saber, su enfrentamiento con Vázquez y sus litigios con Rocío Carrasco, Toño Sanchis... la verdad es que los frentes que tiene abiertos son muchos. Ella cree firmemente en los “milagros” de San Judas, no así Jorge Javier, que no se significa por ser santero. Sino todo lo contrario. Su reciente objeto de culto parece ser el podemita Pablo Iglesias, al que ensalza sin reparos en su programa vespertino.

Permítanme que tire un poco de ironía. Ardua tarea tiene el miembro de la corte divina para arreglar tanto entuerto de su fervorosa “beata”. Esa iglesia debe ser el único lugar en el que Belén no grita y en el que su agresividad verbal se transforma en silencio absoluto. Bendito sea el Señor.