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Aless Lequio, el niño que mordisqueaba las alcachofas
La prensa rosa, consternada con la muerte del hijo del Conde Lequio y Ana Obregón.
Fue uno de los niños más perseguidos por la prensa rosa de España. En el ranking de los “cachorros de la jet set” ocupaba los puestos de honor junto a los hijos de Julio Iglesias e Isabel Preysler, Carmen Ordóñez o Carmen Martínez Bordiú.
Le hemos visto crecer, jugar al fútbol, jugar en la arena junto a sus padres, haciendo travesuras a los fotógrafos mientras su madre posaba dando inicio al verano, persiguiendo a los paparazzis con un spray, mordisqueando las alcachofas de los reporteros de televisión...
Aless Lequio, un niño que siempre huyó de la fama de sus padres y que, no obstante, se ganó el respeto de la profesión. Por eso, hoy, tras fallecer a los 27 años de edad por cáncer, la prensa rosa está de luto y llora su muerte. A pesar de que no sucumbió a la tentación de rentabilizar su fama, Aless siempre comprendió el negocio de la prensa del corazón. Una prensa que, en muchas ocasiones, le amargó su infancia y adolescencia pero a la que aprendió a sortear y respetar en su juventud. " Me encanta ese mundo, porque he nacido en él y es algo que he palpado desde que soy pequeño. Pero tengo otras ambiciones.” -decía Aless cuando daba a conocer su deseo de dar a conocerse sólo por sus logros profesionales.
La prensa rosa llora su muerte
Llamo a algunos compañeros para comprobar el impacto que ha causado la muerte de Ales Lecquio entre todos los que le vimos crecer. “Pobre Ana -dice Aurelio Manzano, cuando comentamos la triste noticia y le pido que me haga una semblanza del hijo de Ana Obregón-. Aless lejos de aprovecharse de ser “hijo de”, siempre quiso brillar con luz propia y triunfar con su nombre. El se apartó de lo que significaba ser Lecquio-Obregón y pudo haber vivido de esto. Él entendía nuestro trabajo y siempre nos lo facilitaba. Me quedo con su sonrisa y su legado de ánimo y optimismo. Quiso aprovechar su fama para apoyar al resto de enfermos de cáncer. Creo que lucho hasta el final y que ha dejado un maravilloso legado a los que seguimos aquí”.
También Marisa Martín Blázquez, periodista y dueña de una agencia de noticias junto a Antonio Montero, se muestra consternada pensando en el dolor de su compañero de plató, Alejandro Lecquio y Ana Obregón: “Dios mío, qué pena más grande, qué dolor para sus padres...Alessandro Lecquio ha estado muy mal estos últimos años, ha somatizado todo este dolor y ha estado mal de salud. Tengo recuerdos de él de pequeño en La Moraleja y en la Costa de los Pinos en Mallorca cuando hacíamos guardia. Me ha impactado mucho su muerte por su juventud y porque además de conocerlo como personaje, he tenido la oportunidad de conocerlo como persona. He rezado mucho por él y me sobrecogía su entereza, templanza y resignación. Él ha luchado muchísimo y seguía animando a sus padres, aún cuando estaba con tremendos dolores. De aquel niño que mordía los micrófonos al hombre que se convirtió...es una injusticia tremenda. Estoy pensando en el dolor de Ana, aunque yo esté más próxima a Alessandro porque trabajo con él casi a diario...para ella era su proyecto de vida, lo era todo para ella. Siempre le recuerdo con una sonrisa y su educación”.
Terelu Campos, también muy afectada por la muerte de Aless, recuerda con tristeza los mensajes que se intercambiaba con el hijo del Conde Lecquio en los que ambos se mandaban ánimos para afrontar esta dura enfermedad. “Yo estoy en shock me parece espantoso lo que ha ocurrido-dice Terelu emocionada.- Siempre he colaborado con Aless en todo lo que me pedía y aún no puedo creerlo. La última vez fue el 19 de octubre para conmemorar el Día del Cáncer de Mama. Él me mandó un lazo rosa enorme para que lo firmara y hablamos. A él le gustaba mandar mensajes de audio. Es terrible, sabía que estaba luchando de nuevo contra todo esto, pero no pensé que sería para tanto. Aún recuerdo los mensajes que nos intercambiábamos el pasado octubre y cómo seguía luchando. Me gustaría destacar sus inmensas ganas de vivir y de luchar. Le recuerdo diciéndome ”tenemos que seguir luchando Terelu. Somos luchadores y tenemos que luchar". Estas palabras las tengo clavadas en el alma. Pienso en sus padres, en los dos y no puedo ponerme en la piel de ellos porque me tiraría por la ventana. Alessandro tiene dos hijos por los que luchar pero Ana, se le ha roto la vida y no sé como va a salir de esta, la verdad."
Como estudiante universitario descubrió la felicidad que le proporcionaba el anonimato.
Tenía 18 años cuando decidió estudiar en Estados Unidos para escapar de los objetivos y poder llevar una vida anónima. En agosto de 2010 y acompañado de sus padres, iniciaba su aventura, matriculándose en una prestigiosa universidad privada de Carolina del Norte, Estados Unidos, donde estudió la doble licenciatura de Ciencias Políticas y Filosofía. Durante cuatro años, apenas hubo imágenes de Aless que, por primera vez, exprimía la vida lejos del control de su madre y los medios. A Estados Unidos regresó hace tres años cuando le fue diagnosticado el cáncer que ha acabado con su vida.
Adios Alex, vuela alto a la eternidad, a ese trocito de cielo en el que tienes pase VIP, no por tus apellidos sino por tu alegría, valía y bondad.
Antonio Montero: “Para Ana su hijo lo era todo. Es horrible tener que dar esta noticia”
Chelo: “Alex y su madre se han ganado el respeto de la prensa del corazón”
Matamoros: “Era un chaval con mucha energía y con muchas ganas de hacer cosas, muy emprendedor. Era un fenómeno. Me pongo en la piel de Alessandro, al que he querido mucho y me emociono porque creo que es lo peor que le puede pasar a un padre.”
Mila Ximénez: "
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