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Trucos de cocina
Secretos para cocinar el pescado a la plancha perfecto
La falta de grasa y colágeno hace necesario manejar cuidadosamente el pescado durante la cocción para evitar que se seque
El primer paso para preparar un exquisito pescado a la plancha es, como no, elegir el tipo de pescado adecuado. Para ello, es mejor confiar en la opinión de un pescadero profesional. Ellos podrán guiarte para seleccionar el pescado que tenga la textura y el grosor adecuados para la cocción a la plancha. Algunas sugerencias de pescados que funcionan a la perfección a la plancha incluyen el lenguado, el rodaballo, la dorada, la merluza, el salmón, el atún, el bacalao, la trucha, el mero y la caballa.
Consejos para cocinar pescado a la plancha perfecto
A diferencia de la carne, el pescado tiene una estructura y composición únicas, por lo que requiere un enfoque distinto al cocinarlo. El pescado no contiene la grasa y el colágeno que la carne tiene para mantenerla jugosa durante la cocción prolongada. Además, la textura delicada del pescado requiere un manejo cuidadoso durante la cocción para evitar que se desmorone. Por lo tanto, cocinar el pescado como si fuera carne puede resultar en un pescado seco.
Algo a tener en cuenta es que, para obtener un pescado deliciosamente jugoso, es fundamental permitir que el pescado se adapte a la temperatura ambiente antes de introducirlo en la sartén. Este pequeño paso garantiza una cocción uniforme y evita que los extremos del pescado se cocinen demasiado mientras que el centro queda crudo. Además, es importante secar bien el pescado con papel absorbente. Este paso facilita la formación de una costra crujiente al cocinar el pescado y evita que se pegue a la sartén.
Es importante que la sartén esté bien caliente antes de añadir el pescado. Este paso crucial permite sellar rápidamente el exterior del pescado, creando una piel crujiente y un interior jugoso. Al cocinar, recomendamos aplicar aceite en el pescado y no en la sartén. Esto garantiza que se utilice la cantidad justa y necesaria de aceite, y evita que el pescado se fría en lugar de cocinarse a la plancha.
La piel del pescado es una parte del pescado que a menudo se subestima, pero es fundamental aprovecharla al máximo. Cocinar el salmón la mayor parte del tiempo por el lado de la piel (alrededor del 90% del tiempo) y solo un breve tiempo por el otro lado (el restante 10%) permite que el calor se distribuya suavemente a través del filete, manteniendo el centro jugoso y evitando la cocción excesiva.
Además, este proceso de cocción se puede verificar con un termómetro de cocina, que debería mostrar una temperatura interna de aproximadamente 60°C, una señal de que el pescado está cocinado a la perfección y no se secará. Finalmente, después de cocinar, es esencial dejar que el pescado repose unos minutos. Este tiempo de reposo permite que los jugos del pescado se redistribuyan, dando como resultado una textura más melosa y un sabor más profundo.
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