Política

ETA

Una foto para asesinar a un directivo de Michelín

Josu Ternera pidió a dos trabajadores de la empresa una imagen de Luis María Hergueta para secuestrarlo. Mes y medio después, ETA lo mató de dos tiros en la nuca.

Una foto para asesinar a un directivo de Michelín
Una foto para asesinar a un directivo de Michelínlarazon

Josu Ternera pidió a dos trabajadores de la empresa una imagen de Luis María Hergueta para secuestrarlo. Mes y medio después, ETA lo mató de dos tiros en la nuca.

Dos empleados de Michelín y dos terroristas comparten mesa en los aledaños del hospital de Bayona. La reunión se produce en febrero o marzo de 1980. Uno de los terroristas es José Antonio Urrutikoetxea, «Josu Ternera». El otro, «un tal Etxebeste». Ambos piden a sus interlocutores –Modesto García Marañón y su esposa, Miren Edurne García Artal, trabajadores de la factoría de la empresa en Vitoria– una fotografía de Luis María Hergueta, el directivo encargado de negociar el convenio colectivo con los trabajadores «con el fin de secuestrarle para presionar en dichas negociaciones». Realizado el encargo, se emplazan para volverse a ver a principios de mayo.

El 5 de mayo, efectivamente, se repite la cita y el lugar del encuentro, pero en esa ocasión «Josu Ternera» viene acompañado por otro dirigente etarra, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, jefe de los «comandos» de la banda terrorista, a quien Urrutikoetxea presenta como «Txikierdi», su alias en la organización criminal. Ambos instan a sus interlocutores a aparcar su vehículo y subirse al suyo. Ya dentro del coche de los miembros de ETA, García Marañón facilita a «Josu Ternera» una revista corporativa editada por Safen-Michelín que incluye varias fotografías de Hergueta.

Un mes y medio después, el 25 de junio, tres jóvenes sin identificar abordan al directivo de Michelín a la altura del número 40 de la calle Dato, en Vitoria. Uno de ellos le dispara dos tiros en la nuca. Hergueta no llega vivo al puesto de socorro. Uno de los proyectiles quedó alojado en el cerebro y se fragmentó en múltiples esquirlas, causándole la muerte. Tres días después iba a cumplir 52 años.

Veinticuatro horas más tarde ETA reivindicó en un comunicado el atentado de quien consideraba «máximo responsable de la represión contra los trabajadores de la empresa Safen/Michelín en Gasteiz» y «organizador de los servicios de seguridad interior».

Los trabajadores que facilitaron las fotografías de Hergueta a «Josu Ternera» –que, además, alojaron en su domicilio a miembros «liberados» (fichados) de la banda criminal entre febrero de 1980 y marzo de 1981– fueron condenados por colaboración con ETA en octubre de 1982. Tanto en sede policial como frente al juez reconocieron e identificaron fotográficamente a Urrutikoetxea como uno de los dos terroristas con los que se reunieron antes del asesinato de Hergueta.

En la resolución en la que, en septiembre de 2005, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz acordó el procesamiento de «Josu Ternera» por estos hechos, el magistrado le imputa un delito consumado de asesinato terrorista, como mínimo en calidad de cooperador necesario o cómplice. «Su participación previa», dice el instructor, «sugiere la identificación del señor Hergueta Guinea en orden a propiciar su asesinato, gracias a la decisiva intervención de aquel, al que cabe atribuir de forma razonable» responsabilidad criminal en el atentado mortal.

En esos momentos el ex dirigente etarra llevaba casi tres años en paradero desconocido, lo que no fue óbice para que Pedraz acordara su ingreso en prisión y emitir una orden europea de detención y entrega (OEDE), imponiéndole además una fianza de 60.000 euros para hacer frente a posibles responsabilidades civiles en caso de ser condenado

Pero «Josu Ternera» tiene otras tres cuentas pendientes con la Justicia española. En la Audiencia Nacional están en vigor, en total, cuatro requisitorias de otros tantos juzgados centrales de instrucción, con sus correspondientes órdenes europeas de detención y entrega (OEDE).

Atentado contra la casa cuartel de Zaragoza: el 11 de diciembre de 1987, ETA colocó un coche bomba en el acuartelamiento, causando la muerte de once personas, cinco de ellas niños.

Fue precisamente su imputación por este atentando, uno de los más sangrientos de la banda terrorista, lo que precipitó su huida en noviembre de 2002, cuando desoyó la citación del Tribunal Supremo (TS) y no se presentó a declarar. Aunque el procedimiento lo abrió el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, fue el Supremo el que asumió la causa por la condición de diputado del Parlamento vasco del histórico ex dirigente etarra. Ante la espantada de «Josu Ternera», reiterada al ser citado por segunda vez, el Alto Tribunal dictó entonces una orden de busca y captura contra él.

Procesado por delito de lesa humanidad: el ex jefe de ETA fue procesado en octubre de 2015, junto a otros tres antiguos dirigentes de la banda terrorista –Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», Mikel Carrera Sarobe y Ángel Iriondo– por delitos de lesa humanidad por el juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González. Posteriormente, la magistrada Carmen Lamela concluyó ese sumario en mayo del año pasado, por lo que la causa está desde entonces en manos de la Sala de lo Penal de este tribunal.

Sumario de Batasuna: en el juzgado número 5 de la audiencia Nacional investiga a Urrutikoetxea por delito de integración en organización terrorista en el sumario de Batasuna.

A la espera de la confirmación oficial de la detención del ex dirigente etarra, los magistrados de la Audiencia Nacional que tienen causas contra él ya han ordenado traducir al francés las OEDE para reclamar su entrega al país vecino.