Protesta
La tensión se desborda en Ferraz y acaba con cargas y varios heridos
Marlaska asume como propias las órdenes por las que se usaron gases lacrimógenos
Un grupo de manifestantes dirigió ayer sus protestas contra los pactos del PSOE y los independentistas catalanes hacia la Gran Vía de Madrid y el Congreso de los Diputados, ante un fuerte dispositivo policial que bloqueó en un primer momento el acceso a la sede socialista de Ferraz para garantizar la seguridad. Al regresar los concentrados a la sede del PSOE se vivieron cargas policiales y momentos de tensión a cargo de un grupo de radicales, que quemó un contenedor, y donde se vivió una vez más el uso de gases lacrimógenos por parte de los agentes.
Al menos 12 personas, dos de ellas policías nacionales, tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios después de las cargas policiales durante la segunda manifestación consecutiva en esta ubicación –convocada a través de las redes sociales– en contra de la amnistía, que reunió a más de 7.000 asistentes, según datos de la Delegación del Gobierno en la capital.
Los heridos fueron atendidos por brechas, irritación de ojos y contusiones por el Samur-Protección Civil. Entre ellos hubo dos agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que presentaban contusiones por golpes, según un portavoz de Emergencias Madrid.
A diferencia del lunes, las concentraciones en ciudades como Barcelona, Valladolid, Burgos, Logroño o Valencia tuvieron ayer menos importancia.
El PSOE había dado la orden de cerrar las sedes del partido por la tarde en todo el país, ante la convocatoria de nuevas manifestaciones frente a ellas, según confirmaron fuentes de la dirección socialista. Algunos de los asistentes comenzaron la concentración en Madrid a las 19:00 horas en el Parque del Oeste y se desplazaron a Ferraz. Poco antes de las 20:00 horas, se trasladaron hacia la Gran Vía para dirigirse al Congreso, rodeados de un fuerte cordón policial de efectivos de la UIP. Después se congregaron en Neptuno, con la Policía blindando los alrededores de la Cámara Baja. Y posteriormente volvieron a Ferraz.
Miles de manifestantes se concentraron allí lanzando proclamas contra el Gobierno. La Policía, equipada con cascos desde el primer momento, procedió a cortar el acceso en la calle Ferraz, Buen Suceso y parte de Marqués Urquijo evitando así acceder a la sede nacional socialista, donde se escucharon cánticos de «España no se vende, España se defiende», «Puigdemont a prisión» o «que te vote Txapote».
Más de 160 agentes de las UIP, los llamados antidisturbios, se desplegaron en la zona.
Como el lunes, los manifestantes lanzaron insultos contra la Policía Nacional tachándoles de «cobardes» frente a las vallas de protección y gritando «contra los moros no tenéis cojones», al tiempo que les animaron a apoyar la protesta. Alrededor de las 20:00 hubo encendidos de bengalas rojas coreando al unísono frases contra la izquierda como «puto rojo el que no bote» o «Pedro Sánchez hijo de puta».
En primera fila se agruparon afiliados a la formación ultra España 2000. Además, la líder del grupo neonazi Bastión Frontal, Isabel Medina Peralta, se subió junto con otro joven al techo de un quiosco de tabacos haciendo el saludo nazi y portando una bandera con la cruz de Borgoña.
Por su parte, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, asumió como propias las órdenes con «criterios operativos» dadas a los antidisturbios por la cadena de mando durante la protesta del lunes en Ferraz. Además, pidió a PP y Vox que condenen el «acoso» y la «violencia deleznable».
El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cargó contra aquellos que «por acción u omisión» apoyan el «asedio» a las sedes socialistas en toda España.