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Trump: «España debe permanecer unida»

Contundente respaldo de la Casa Blanca al Gobierno a cuatro días de la consulta ilegal. El presidente norteamericano advierte de que «sería de tontos que Cataluña se separase»

Trump: «España debe permanecer unida» larazon

Contundente respaldo de la Casa Blanca al Gobierno a cuatro días de la consulta ilegal. El presidente norteamericano advierte de que «sería de tontos que Cataluña se separase».

La satisfacción de la delegación española era evidente ayer en Washington al finalizar una visita de Mariano Rajoy a la Casa Blanca en la que el presidente estadounidense Donald Trump expresó sin ambages su apoyo al Ejecutivo español a cuatro días del referéndum ilegal. «España debe permanecer unida», dijo el líder de la primera potencia mundial y principal socio internacional de España fuera de la UE. El excéntrico millonario, fiel a su estilo desenfadado, llegó a afirmar, cuando fue preguntado por segunda vez por la prensa, que «sería de tontos» que Cataluña se separara de España. Con cierto candor, el presidente americano dijo que estaba convencido de que todos los catalanes «aman su país y aman España». «Tenemos mucho respeto por el presidente Rajoy y España es un país muy admirado», añadió Trump. «Nadie sabe si va a haber referéndum o no, seguramente el presidente Rajoy dirá que no, pero en cualquier caso está claro que España debe permanecer unida», resumió.

Prueba de la importancia que los estadounidenses dieron al encuentro fue, además, la presencia de la plana mayor de la administración en el almuerzo de trabajo con Rajoy: Kelly, Kushner, Cohn y Waddle –todos los «hombres del presidente» podría decirse– repasaron la agenda internacional y bilateral con Dastis, Moragas y el embajador Morenés.

Rajoy, durante la rueda de prensa, pareció haberse dejado contagiar por la franqueza de Trump y dijo sin rodeos que «sería un disparate la declaración de independencia». «No hay junta electoral ni hay equipo. No hay papeletas, no hay locales. Puede haber alboroto pero no referéndum válido y con un mínimo de garantías», dijo. El presidente español se mostró partidario de que «hay que volver al sentido común y acabar con esta historia que no aporta nada bueno. Espero que se produzca el paso a una nueva etapa donde primen la democracia y el sentido común». En referencia a la aprobación de los Presupuestos, Rajoy se mostró convencido de que «no tendremos ningún problema». Aseguró, asimismo, que se «están buscando las mayorías como la última vez» y descartó en cualquier caso «adelantar las elecciones».

Trump expresó su respeto a las víctimas del atentado de Barcelona, una ciudad que conoce y de la que guarda un gran recuerdo, según afirmaron fuentes diplomáticas a la finalización del encuentro. «Agradecemos la contribución de España en la Coalición contra el Daesh», dijo además el presidente estadounidense, que tuvo palabras muy duras contra «el socialismo en Venezuela» y contra el régimen de Corea del Norte, asuntos ambos en las que agradeció la solidez del apoyo de nuestro país.

Previamente, a las 12:15 (hora de Washington), el presidente español había entrado a la Casa Blanca tras recorrer los escasos metros que separan la residencia del presidente de los Estados Unidos de su casa de huéspedes oficial, Blair House, donde se alojó a Rajoy la noche anterior, en lo que en medios diplomáticos fue considerado como un tratamiento otorgado sólo a los socios preferentes de EE UU. Tras haber sido saludado por Trump, el presidente español firmó en el libro de honor de la sede de la rama ejecutiva del Gobierno de EE UU y, a continuación, tuvo lugar un encuentro de apenas 5 minutos en el Despacho Oval. Durante el mismo, tanto Rajoy como Trump se dirigieron a los medios de comunicación presentes. El presidente norteamericano describió a Rajoy como «una persona altamente respetada» en EE UU y, por su parte, Rajoy agradeció las atenciones recibidas por las autoridades estadounidenses y expresó sus deseos de que «esta visita contribuya a que nuestros pueblos sigan entendiéndose y para que sigamos creciendo en libertad, democracia y la lucha contra el terrorismo».

En su habitual tono irónico, Trump dijo a los medios: «El presidente Rajoy y yo hablaremos con ustedes más tarde y responderemos a sus preguntas. Supongo que me preguntarán muchas cosas sobre España. Me encanta España, pero nosotros también tenemos muchas cosas en la cabeza ahora mismo». Trump se refería así a la tormentosa actualidad estadounidense, marcada ayer por la jornada electoral vivida en el estado de Alabama con las primarias del partido republicano en las que se enfrentaban el actual senador, Luther Strange, apoyado por las élites del partido, y el conservador de la derecha alternativa, Roy Moore. Otros asuntos candentes fueron la polémica con los jugadores profesionales de fútbol afroamericanos y las dificultades de los republicanos en el Capitolio para aprobar la enésima reforma sanitaria en Estados Unidos.

En el terreno de lo anecdótico se filtró que Trump transmitió a Rajoy su admiración por dos deportistas españoles: Rafael Nadal (al que describió como un «tesoro» de nuestro país) y el golfista Sergio Nadal, reciente ganador del Masters de Augusta, el más prestigioso de los torneos de este deporte de cuantos se celebran en Estados Unidos.

La delegación española obsequió con un jamón ibérico al presidente estadounidense, un regalo que ya es habitual cuando el jefe del Gobierno español visita la Casa Blanca. También hace tres años y medio, cuando Rajoy fue recibido por el anterior presidente estadounidense, Barack Obama, le regaló ese típico producto español.

Fuentes gubernamentales mostraron su satisfacción por lo nutrido de la representación estadounidense: todos las figuras de relieve de la administración Trump estuvieron presentes en el almuerzo de trabajo, en el que se sirvieron gambas a la plancha con alioli, pollo con glaseado de membrillo y milhojas de natillas de chocolate. Como es habitual en las comidas con el presidente Trump, sólo se sirvió agua.

Rajoy, al terminar la rueda de prensa en el Rose Garden de la Casa Blanca, se dirigió tras una breve visita a la Embajada, a la Base Aérea de Andrews, a las afueras de la capital estadounidense, para despegar en el Airbus del Gobierno rumbo a Madrid, donde tenía previsto llegar a primera hora de hoy.