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Campaña

ChatGPT te puede ayudar a ganar las elecciones

La llegada de la Inteligencia Artificial a la política ahorra tiempo a los partidos en la batalla electoral pero implica ciertos riesgos

La IA entra en campaña PlatónLa Razón

A las elecciones celebradas en Dinamarca el pasado uno de noviembre concurrió una formación nueva y un tanto especial, el Partido Sintético. Su candidato, Leader Lars, tenía la particularidad de que no era un ser humano. Se trataba de un «chatbot» creado artificialmente por Computer Lars, un colectivo de artistas, y MindFuture Foundation, una ONG de arte y tecnología. El programa, también elaborado con IA, trató de convencer a ese 20% de daneses que no se sentían representados por ningún partido. El aspirante incluso concedió entrevistas y emitió notas de Prensa para difundir sus promesas electorales. Es verdad que no logró ningún escaño, pero su mera presencia demostró que los robots han entrado en la política.

La irrupción de ChatGPT el pasado mes de octubre ha provocado una revolución que va más allá de las universidades y centros de trabajo. En España, donde estamos a punto de estrenar la segunda campaña electoral del año, estas herramientas empiezan a ser utilizadas por los equipos de los partidos. Según Rocío Gutiérrez, directora del Máster en Comunicación y Marketing Político de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), sirven, sobre todo, «para ahorrar tiempo». Un valor en alza en citas como la del 23 de julio, que ha sido adelantada varios meses y pueden coger desprevenidas a algunas formaciones.

«Estos chatbot pueden hacer un poco de todo. Es un tipo de asistente virtual que trabaja con el ‘‘machine learning’’, que es el aprendizaje automático. Va un poco más allá, no solo ofrece datos sino que es predictivo. Por lo tanto, a ese nivel, además de ofrecer respuestas automáticas puede desde crear discursos, preparar debates electorales, mensajes de campaña en redes sociales o publicaciones en blogs, hasta otras tareas más offline». En conversación telefónica con este periódico, Rocío Gutiérrez explica que también mejora todo lo que tiene que ver con la eficiencia y el trabajo en equipo. Además, permite una segmentación quirúrgica del potencial electorado, lo que hará más eficaces los mensajes atendiendo a variables sociodemográficas. «Estamos hablando de que puede crear un una música para la campaña, un spot u ofrecer consejos sobre cómo se debe de vestir o comportar el candidato además de proporcionar informes estadísticos e identificar tendencias», continúa esta profesora de la UNIR.

Dentro de los potenciales riesgos de esta nueva herramienta robótica destaca «el desconocimiento, ciertos problemas éticos, de privacidad y protección de datos, tanto a nivel del elector como del partido político para rascar unos votos». En opinión de Rocío Gutiérrez, «las respuestas que da a veces son poco concretas a medida que va aprendiendo o puede ofrecer información falsa». El ChatGPT, además, no ofrece la posibilidad de confirmar las fuentes utilizadas porque no proporciona ninguna.

Tampoco hay que desdeñar el hecho de que este robot gratuito puede dar lugar a mensajes calcados a diferentes partidos que lo que buscan es, precisamente, distinguirse de los oponentes: «Si nos centramos en que lo hace todo estamos duplicando los discursos, los debates, los mensajes personalizados... Sobre todo en la parte digital». La realidad es que hay partidos que ya están formando a su gente para utilizarlo de forma correcta. «Están haciendo sus pinitos, pero aún se va con cuidado y ningún partido lo está implementando totalmente. Estamos un poco en pañales aún. No se va a dejar de hacer estructuras de campaña tradicionales». Respecto al segmento de los votantes de menor edad, «no podemos perder de vista las redes sociales, por ejemplo, o incluso el Metaverso para captar a los jóvenes, que no están en Facebook, ni viendo la tele ni escuchando la radio. Están en TikTok».

¿Van a dejar de tener sentido los mítines de abanico y bocadillo? Preguntado al respecto, Jordi Rodríguez, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra, asegura que «seguirán teniendo un gran valor como experiencia a la hora de crear comunidad. Quizá el viaje en autobús de los militantes sea más importante que el mitin en sí». Sobre la oportunidad que brinda la Inteligencia Artificial a los partidos en campaña, Rodríguez advierte del potencia que tiene «para contribuir a la desinformación, la propaganda negra, los bulos y las ‘‘deep fakes’’ en grupos cerrados de Telegram, por ejemplo».

Este profesor de la Universidad de Navarra coincide con su colega de La Rioja en la gran efectividad de ChatGPT a la hora de economizar el trabajo, analizar datos, segmentar y realizar tareas de «microtargeting». Sin embargo, aunque destaca su «grandísimo potencial», también señala que aún se encuentra en una fase muy experimental y que si las elecciones se hubieran celebrado en diciembre «habría sido otra cosa».