Los ministros repetirán en la lista si hay elecciones

El núcleo duro del Gobierno acompañaría de nuevo a Rajoy a los comicios, con Sáenz de Santamaría de número dos. «Mariano es el único que no se puede ir porque ha ganado»

Todos ellos están en una situación sin precedentes, tres meses después de las elecciones del 20-D. «Estamos en funciones, pero sin dejar la función». Así definen su papel la mayoría de los ministros de Mariano Rajoy al destacar que el Gobierno está en funciones, pero no en retirada. Es el mensaje claro que difunde La Moncloa a todos los sectores políticos y económicos ante el actual «impasse» político provocado por los devaneos de Pedro Sánchez tras su fracasada investidura. En el núcleo duro del Ejecutivo no ahorran críticas hacia el secretario general del PSOE: «Un fraude a la democracia y una colosal manera de perder el tiempo». A escasas semanas de que se cumpla el plazo previsto para disolver las Cortes si nadie logra formar gobierno, los miembros del Gabinete siguen en sus puestos sin bajar la guardia. Los más cercanos a Rajoy piensan repetir en las nuevas listas electorales, y sólo unos pocos dejarán la política para volver a su actividad privada.

El equipo gubernamental no descarta ningún escenario. Piensan que Sánchez «puede pactar con el diablo con tal de ser presidente aunque sea por un día», pero ven cercano el horizonte electoral por dos factores: la evidente crisis interna de Podemos, el malestar en muchos sectores de Ciudadanos, sobre todo catalanes, por el acercamiento del líder socialista a Pablo Iglesias y los nacionalistas, y la intención de Susana Díaz de competir en el próximo Congreso Federal. «Podemos se fractura, Rivera se queda compuesto y sin novia, y Susana lanza la guadaña».

Es el análisis de los ministros con peso político, que ven a la formación morada en apuros, a Ciudadanos plantados ante el altar, y a la baronesa andaluza dispuesta a todo. En su entorno reconocen la decisión de disputar el liderazgo a Sánchez y, en caso de un pacto con Iglesias y nacionalistas, la deserción de los más de veinte diputados andaluces en el Congreso. Susana tiene poder y secretario general cada vez más difícil.

Si finalmente se convocan elecciones, el núcleo duro del gobierno piensa acompañar de nuevo a Rajoy en esta carrera. «El marianismo no tiene fisuras», aseguran sobre el liderazgo indiscutido de Mariano. Pese a las numerosas intrigas que insisten en apartarle, nadie duda hoy en el PP que será el candidato. «Es impensable una operación Artur Mas», dice un ministro próximo a Rajoy para descartar algo similar a la forzosa e inesperada dimisión del ex presidente catalán.

Todo apunta a que en las listas del PP habrá muy pocas variaciones. Soraya Sáenz de Santamaría, la eficaz vicepresidenta que sigue siendo la mejor valorada, irá de número dos por Madrid junto a Rajoy, mientras la otra dama del poder, María Dolores de Cospedal, encabezará la de Toledo. Según fuentes próximas al presidente, los ministros «pata negra» tendrán un puesto fijo en las listas. Entre los llamados «sorayos» están los titulares de Hacienda, Cristóbal Montoro, Empleo, Fátima Báñez, y Sanidad, Alfonso Alonso.

Montoro afirma en privado estar agotado, pues le ha tocado la labor más ingrata del gobierno, pero le gustaría seguir como diputado. Rajoy agradece mucho su tarea y no tendrá problemas para repetir, bien por Madrid o por su antigua provincia, Jaén, toda vez que la nueva financiación autonómica será un plato fuerte de la próxima Legislatura. Fátima Báñez, otra incansable trabajadora artífice de la reforma laboral, es muy valorada por el presidente, ha logrado frenar la sangría del paro y volverá a ser diputada por Huelva. De igual modo Alfonso Alonso, un «sorayo» claro del gobierno, ha conseguido apaciguar el sector sanitario y su retorno a la presidencia del PP en el País Vasco le hará número uno por Álava. Entre los próximos a la vicepresidenta se sitúa también Rafael Catalá, que ha ganado muchos enteros al frente de Justicia. Hombre afable, dialogante y buen orador, se ha ganado el respeto de todos los sectores de la Judicatura y del PP en Cuenca, por dónde es diputado. «Es un cunero que ha sabido hacerlo bien», dicen en el partido.

En el otro clan con poder en el gobierno, los «marianistas» puros, se integran Ana Pastor, fiel colaboradora de Rajoy desde hace muchos años en cuantos puestos ha desempeñado. Una estupenda y respetada gestora, a quien le horroriza que algunos la sitúen como recambio de Rajoy. «Antes se deja cortar la mano», dice un colaborador suyo como prueba de la inquebrantable fidelidad de Pastor con su jefe de filas. La ministra de Fomento repetirá como cabeza de lista por Pontevedra, mientras el de Interior, Jorge Fernández, también amigo y antiguo compañero de Rajoy, lo hará por Barcelona. Similar al de Industria, José Manuel Soria, sin problemas para encabezar una lista por Canarias. Caso aparte es el de José Manuel García Margallo, amigo de Rajoy desde hace muchos años. Un hombre brillante que suele ir por libre y a quien muchos han ubicado al frente de un gobierno de coalición. Con gran experiencia política, respetado en Europa, Cataluña y sectores de la izquierda, él mismo hubo de desmentir tales rumores. Si él quiere, volverá a ser diputado valenciano.

Entre los llamados ministros «híbridos», no encuadrados en ningún sector del partido o familias políticas, dos de ellos han manifestado su deseo de volver al sector privado. Se trata de Luis de Guindos, ministro de Economía, y el de Defensa, Pedro Morenés, que deja un buen cartel en las Fuerzas Armadas. El nombre de Guindos también sonó como presidente de un hipotético gobierno de coalición, desde sectores económicos y por su estrecha amistad con el socialista Jordi Sevilla. «No estoy para experiencias de laboratorio», dice el ministro cuando se le pregunta. En cuanto a Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, aunque nacida en Valladolid, Rajoy la colocó en la lista estrella de Madrid, por lo que es previsible que repita. El último fichaje ministerial en Educación, Íñigo Méndez de Vigo, es un clásico en Europa y le gustaría volver a algún puesto de relieve en Bruselas.

Tres meses después, todo indica que el tronco duro del gobierno en funciones, Soraya, Montoro, Pastor, Báñez, Fernández, Margallo, Soria, Catalá, Tejerina y Alonso seguirán en primera línea política. Y si nada lo impide, Guindos, Morenés y Méndez de Vigo se apartarán. El tiempo se agota, pero de momento todos ellos cumplen la frase que les dijo el presidente: «Trabaja como el primer día, aunque mañana pueda ser el último». En su ánimo queda patente que el líder gallego no piensa tirar la toalla y desoye la cascada de presiones que reclaman su marcha. «Nadie se baja del caballo en plena carrera», insisten en su entorno. Pese a la inédita situación, Mariano Rajoy ha dado orden a sus ministros de que le hagan llegar documentos sobre el balance de su gestión. Cifras, resultados y proyectos que han llenado la Legislatura y que serán la base del programa electoral. Y frente a las presiones de sectores económicos y mediáticos contra Rajoy, todos coinciden en que no hay otro candidato: «Rajoy gobierna y Sánchez marea la perdiz».

Esta semana, el aspirante del PSOE deberá despejar sus pactos: o con Ciudadanos o con Iglesias, aunque los números son tercos y la lideresa andaluza le vigila con furor. Es hora ya de zanjar reuniones, fotos en el Congreso y ofrecer estabilidad al ciudadano. Una posible abstención del PP para permitir gobernar a Pedro Sánchez no se contempla ni por asomo: «Bajo ningún escenario, ¿dónde se ha visto que el primer partido permita que gobierne el segundo con el cuarto?», se preguntan perplejos. En los ministerios se trabaja con la vista puesta en unas nuevas elecciones, si bien nadie descarta cualquier acuerdo disparatado de Pedro Sánchez. Los históricos del PP y los jóvenes cachorros piensan seguir en torno a Mariano Rajoy y lo tienen claro: «Mariano es el único que no se puede ir porque ha ganado».