La reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, y los alcaldes del Campo de Gibraltar para informar sobre la negociación respecto al acuerdo con el Peñón tras el Brexit finalizó ayer con una declaración de buenas intenciones entre las partes, que se comprometen a trabajar en la misma dirección y con «lealtad». Aunque, también, con una petición del Ejecutivo andaluz de trabajar en un plan de contingencia –como el que ya tiene Gibraltar– en caso de que las negociaciones no lleguen a buen puerto para defender los intereses regionales.

En la sexta reunión de estas características, el jefe de la diplomacia española informó de que en su última reunión en Bruselas presionó a Reino Unido para que «diga sí» al acuerdo sobre Gibraltar puesto sobre la mesa por España y la Comisión Europea, advirtiendo de que de no hacerlo antes del 10 de noviembre entrarán en vigor los nuevos controles en la Verja.

«Llevamos muchos años negociando el acuerdo (...) ya es hora de que Reino Unido diga que sí a un acuerdo que es equilibrado y generoso y que hemos puesto sobre la mesa hace mucho tiempo». La propuesta planteada prevé la inclusión de Gibraltar en el espacio Schengen y la libertad de circulación para personas y mercancías. «Es Reino Unido quien tiene que decidir si prefiere eso o que a partir del 10 de noviembre haya esos controles», advirtió.

Cabe recordar que en un mes entrará en acción el nuevo Sistema de Entrada y Salida de la Unión Europea (SES). Un cambio que modificará radicalmente los pasaportes y modernizará de todos los mecanismos de control en el espacio Schengen y que amenaza con colapsar los controles en La Verja.

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, el ministro solicitó «un pacto de Estado y dejarlo fuera de las divergencias políticas». En varias ocasiones, Albares pidió a los alcaldes lealtad. Esta petición se debe a que son muchos los regidores andaluces que durante todo este tiempo se han quejado de la falta de información sobre el avance de las negociaciones. Un guante que desde la Junta de Andalucía recogieron ayer, ya que agradecieron este tipo de encuentros, pese a que el Gobierno andaluz critica que no se le «haya dado el lugar que le corresponde en la negociación», expresó el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz.

«Nuestro sentido siempre es constructivo y de máxima lealtad con el Gobierno de España con un asunto de vital importancia como es el acuerdo con Gibraltar», dijo, y añadió: «No hay nada nuevo que nos haya contado el ministro». Los nuevos controles a partir de noviembre preocupan porque amenazan con inundar de colas los controles en La Verja.

Ante la necesidad de estar preparados para cualquier escenario, desde la Junta y las alcaldías del Campo de Gibraltar piden que se trabaje en un «plan B» por si no se alcanzase el acuerdo. «Ese plan debe contemplar la exigencia a la Unión Europea de apoyo para el establecimiento de un estatuto especial para el campo de Gibraltar desde el punto de vista fiscal». Y es que en esta zona temen que un mal acuerdo hipoteque la economía de la región para siempre, especialmente la del Puerto de Algeciras, invisible en la negociación del pacto .