Nueva York
Gana la segunda vuelta
La mayoría de los países de nuestro entorno elige a sus alcaldes tras una primera ronda en las urnas.
Reino Unido: Un voto con dos opciones
En Reino Unido, la figura del alcalde como representante político elegido por el pueblo es relativamente nueva. Londres es la primera ciudad que tuvo representante elegido en urnas en el año 2000, cuando se aprobó la Ley de Gobierno Local. Aparte de la capital británica, sólo en Leicester, Liverpool, Bristol y Middlesbrough se celebran elecciones para la alcaldía.
En el resto de las ciudades, existe lo que se llama el modelo «líder y gabinete», donde el alcalde es elegido directamente por los consejeros. En Reino Unido hay 426 autoridades locales (346 en Inglaterra, 26 en Irlanda del Norte, 32 en Escocia y 22 en Gales). Los sistemas electorales que se utilizan en cada región para elegir, cada cuatro años, a los consejeros son distintos. En Irlanda del Norte y Escocia se emplea el voto único transferible, en Inglaterra y Gales está el «First-past-the-post», el mismo de las elecciones generales. El candidato que más votos recibe gana y el resto de los sufragios cae en saco roto. Con respecto a Londres y el resto de ciudades donde hay elecciones –también cada cuatro años– para elegir representante local, se utiliza el sistema del voto suplementario. En la papeleta se pueden emitir dos votos. En la primera columna se pone una cruz al candidato que representa la primera opción. En la segunda, al que se desea como segunda opción. Si uno de los dos recibe más de la mitad de los votos de primera preferencia se elige directamente. Si no, los dos candidatos con más votos de primera preferencia van a una segunda vuelta en la que se revisan los votos en los que fueron elegidos como segunda preferencia. El candidato que tenga más votos –entre primera preferencia y segunda– gana.
Celia Maza
Francia: Paridad en listas
En Francia, la elección a la alcaldía en los municipios de más de mil habitantes se hace mediante un sistema de listas que ha de respetar la paridad. La lista que en la primera vuelta obtiene la mayoría absoluta, recibe la mitad del total de los escaños de consejero (concejales) a repartir. Los escaños restantes se distribuyen de manera proporcional. En caso de segunda vuelta, sólo las listas que han obtenido al menos 10% de los votos emitidos en la primera vuelta pueden participar.
Debido a que son las más pobladas, París, Lyon y Marsella poseen un sistema distinto de elección. Cada distrito de la ciudad es un sector electoral, lo que significa que hay tantas elecciones como distritos. En el caso de París, veinte. La lista elegida por mayoría absoluta en la primera vuelta obtiene la mitad de los escaños de concejal y el resto se distribuyen proporcionalmente según su representación. Si es necesaria una segunda vuelta se procede como en el resto de municipios. Al final, resultan elegidos un total de 527 consejeros de distrito. De ellos, 163 son elegidos proporcionalmente para ocupar un escaño en el Consejo de París. Estos consejeros municipales eligen a su vez al alcalde de París, para lo cual será necesario obtener los sufragios de al menos 82 consejeros en dos vueltas. Si una tercera fuera necesaria, se aplica la mayoría relativa.
Las primeras elecciones municipales en París tuvieron lugar en 1977. Desde 1794 hasta 1871 los alcaldes que tuvo la capital en sus distintas configuraciones fueron nombrados. Y entre 1871 y 1977, el Ejecutivo controlaba la Administración de París, que no era considerada un municipio sino un departamento. Disponía de un prefecto nombrado por el Gobierno, del que también dependía el presidente del Consejo de París y que, a diferencia de un alcalde, ostentaba muy pocos poderes.
Álvaro del Río
Alemania: Elección directa
En Alemania, desde los 90, la práctica totalidad de los municipios optó por la elección directa de los alcaldes. Los Länder de Baden-Württemberg, Baviera y Hessen fueron los primeros en decantarse por una opción a la que se han sumado los demás territorios del país y que, según la mayoría de los analistas políticos alemanes, ha supuesto un quebrantamiento del monopolio ejercido por los partidos a la hora de imponer a sus candidatos. Algunos candidatos a alcaldes no están ni afiliados a ningún partido político, sino que son personas activas en el municipio, y otros adoptan una actitud de clara distancia respecto a sus propias formaciones, para reforzar su credibilidad y ocultan la militancia partidaria en los carteles electorales. Aunque cada Estado alemán tiene sus particularidades en su sistema electoral, cada elector tiene tantos votos como miembros puede votar. Este número está entre ocho y ochenta, dependiendo de cada municipio. Se vota mediante unas listas presentadas por los partidos. Los nombres de los candidatos aparecen en la papeleta electoral y el mismo votante decide a cuáles de una u otra lista quiere dar cuántos de sus votos.
Rubén Gómez del Barrio
Estados Unidos: El método de «fusión»
Es el segundo trabajo más importante de Estados Unidos, sólo por detrás del presidente; el alcalde está al frente de los cinco barrios de Nueva York: Manhattan, Bronx, Queens, Brooklyn y Staten Island.
Las elecciones son cada cuatro años. Cada político sólo puede estar al frente del ayuntamiento de Nueva York dos legislaturas. Los elegidos dentro de cada partido se enfrentan en noviembre. En las últimas elecciones, el candidato favorito dentro del Partido Demócrata era el congresista de Queens Anthony Weiner hasta que se descubrió que mandaba fotos desnudo por Twitter a jóvenes votantes. La controversia aumentó cuando se supo que su mujer es ayudante de Hillary Clinton. En las elecciones a la alcaldía de Nueva York se permite lo que se llama «fusión», es decir, que un candidato sea apoyado por más de un partido, que es la fórmula de las agrupaciones pequeñas contra las dos grandes agrupaciones, demócratas y republicanos. También se puede presentar como independiente, como fue el caso de Michael Bloomberg. Multimillonario, primero participó en las elecciones como candidato republicano y después se declaró independiente.
Marta Torres
Italia: El 50% más un voto
En Italia, la elección de los alcaldes se realiza por medio de comicios con segunda vuelta. En el segundo turno sólo participan los más votados en el primero, ganando quien consigue superar el 50% más uno de los votos. En caso de que algún aspirante alcance la citada cifra en la primera vuelta no es necesario convocar la segunda. Este sistema se utilizaba en las elecciones municipales, pero su buen funcionamiento y la experiencia que tiene el primer ministro, Matteo Renzi, ha hecho que se aplique a los comicios legislativos. Con la nueva ley electoral habrá una segunda vuelta en caso de que ningún partido o coalición alcance en el primer turno el 37% de los votos. Los politólogos italianos alaban este sistema, pues consideran que permite al elector mostrar en un primer momento un voto más emocional, haciéndole optar por la racionalidad en la segunda vuelta. Sostienen por ello que favorece el voto de partidos consolidados y alejados de los extremismos. El actual alcalde de Roma, Ignazio Marino, logró el 42,6% en la primera vuelta de las últimas elecciones municipales. En la segunda vuelta obtuvo el 63,9%, desbancando al anterior alcalde.
Dario Menor