Más de cinco años han pasado de los terribles asesinatos de Capbreton, perpetrados por ETA, por primera vez en suelo francés contra dos magníficos guardias civiles del GAO, Grupo de Apoyo Operativo, Raúl Centeno y Fernando Trapero. Pocos meses atrás, acababa de romperse la traidora negociación del Gobierno de Rodríguez Zapatero, alias «Gorburu», con ETA, y estos últimos buscaban ansiosos la sangre de los inocentes, de los españoles bien nacidos. Y fue en Capbreton-Francia, donde los asesinos Mikel Carrera, Saioa Sánchez y Asier Bengoa asesinaron sobre las 9 de la mañana de un 1 de diciembre de 2007, a los dos miembros de la Benemérita que tanto trabajo habían desarrollado en la lucha contra ETA. Dejaban destrozadas a dos familias, al GAO y al resto de españoles, todos huérfanos de dos grandes profesionales cuyas jóvenes vidas fueron truncadas por tres miserables. Pues bien, después de más de 5 años, el próximo mes de abril comenzarán las vistas del juicio contra los tres autores materiales del asesinato y contra los dirigentes e inductores del mismo: Irache Sorzabal (en busca y captura); Ibon Gogeascoechea; Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», etcétera. El próximo 2 de abril es la fecha y las vistas tendrán una duración superior a las tres semanas. Ha sido difícil, tedioso y exquisito el trabajo realizado por la juez LeVert, el Ministerio Fiscal y la acusación particular para poder llevar a la Justicia francesa a los autores del cobarde asesinato de Raúl y Fernando. Por primera vez, dos familias de víctimas del terrorismo en suelo extranjero se personaban en los tribunales de dicho país para ejercer un derecho que amparan todas las democracias. La valentía de las familias Centeno y Trapero ha hecho posible la aclaración de muchas de las incógnitas, ya que dieron el paso al frente para que dos abogados hayan realizado una muy buena investigación jurídica. A diferencia de estas familias, hemos sabido que el tal Carrera Sarobe ha sido trasladado en multitud de ocasiones en Francia de una cárcel a otra por su inadaptación, su depresión y su delicado estado de salud por delgadez. ¡Glorioso honor de los dirigentes etarras! Otra de las asesinas, Saioa Sánchez, se ha casado después de múltiples encuentros «vis a vis» con otros terroristas de su calaña, todo ello para buscar privilegios antidepresivos por tener cónyuge en Francia.