Comunidad de Madrid
El PP se desvincula de la «estrategia» de Cifuentes
El PP liga el futuro de la presidenta de la Comunidad de Madrid a las explicaciones que dé en el Pleno de mañana, aunque oficialmente mantiene su apoyo.
El PP liga el futuro de la presidenta de la Comunidad de Madrid a las explicaciones que dé en el Pleno de mañana, aunque oficialmente mantiene su apoyo.
A medida que pasan los días marcados por la polémica sobre el máster en la Universidad Rey Juan Carlos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, han ido también variando las impresiones internas sobre la situación y el futuro de la líder del Partido Popular regional. Aunque el discurso oficial guarde las apariencias, basta rascar un poco debajo de la superficie para percibir que la situación no es la misma que el día en el que estalló la crisis y que el futuro de la presidenta ya no lo ven tan claro en el partido como entonces. Por medio ha habido unas explicaciones, una documentación con contradicciones y un serial de nuevas informaciones que sólo han acrecentado las dudas internas sobre las explicaciones dadas por Cifuentes.
Es significativo que incluso en la dirección popular se desvinculen con rotundidad de «su estrategia». «Ella está dirigiendo su propia estrategia», se escucha en Génova y también a nivel territorial. «Todo está en sus manos. Todo el mundo está a la espera de lo que pase el miércoles [por mañana] en la Asamblea». En el partido crecen las dudas sobre el margen de Cifuentes para salir bien parada de esta crisis. Nadie lo dice ni lo dirá de momento en público, pero cada vez son más los que admiten que se ha metido «por torpeza» en una situación «imposible».
El PP de Madrid arrastra un pasado oscuro, lleno de escándalos y casos de corrupción que han llevado a los dos «primeros espadas» de Esperanza Aguirre a la cárcel, a Francisco Granados y a Ignacio González. Y en el PP han comprado el discurso de que Cifuentes se ha enfrentado a esa situación con decisiones dirigidas a lavar la imagen de las siglas y a romper con un pasado «muy problemático». Pero igual que sostienen este argumento, también valoran que las contradicciones y las informaciones aparecidas siguen dando margen al discurso de que hay «mentiras» en las explicaciones y que «las cosas no se han hecho bien». «Quizás hubiera sido mejor que reconociese el error desde un primer momento». Porque hasta en el núcleo duro del Partido Popular admiten que «en política, si te pillan mintiendo, aunque sea por una tontería como ésta, tienes muy poco margen para mantener con vida tu carrera, aunque no afecte a tu gestión pública».
Los populares se desvinculan
A nivel territorial también crece la inquietud por la situación de Cifuentes y por el desgaste del PP de Madrid y de la marca nacional. «Cuanto antes lo pare mejor para todos y el miércoles es su gran oportunidad», sentencia uno de los líderes regionales. Hay incluso quien llega a señalar que «si es sensata dimitirá antes del Pleno». Una opinión que hasta estas últimas horas no se manejaba en ningún caso dentro del partido, donde estaban seguros de que las explicaciones de la presidenta frenarían el vendaval. El clima de incertidumbre es tal que han empezado a barajarse hipótesis sobre un posible sucesor o sucesora para el caso de que la crisis avance hacia el límite en las peores previsiones.
El futuro, sin duda, lo marcará el Pleno de la Asamblea de Madrid y, sobre todo, Ciudadanos (Cs), que es quien tiene en sus manos la estabilidad del Gobierno del PP. Y ahí dependerá de lo que Albert Rivera entienda que es lo que más le conviene electoralmente, si seguir desgastándola o dejarla caer sin alternativa y asumir el riesgo de que el electorado de centro-derecha les pase factura por este movimiento.
En los análisis sobre posibles sucesores se tiene en cuenta la dificultad de la falta de alternativas, porque tiene que ser un diputado autonómico. Hablan de Paloma Adrados o Pedro Rollán, «no hay mucho donde elegir», pero también de Juan Antonio Gómez-Angulo. Y quienes son más pesimistas sentencian que no hay excusa posible, y que si la presidenta se resiste «será un calvario». «Y lo de menos es que lo pague ella; lo grave es que se lleva todo por delante». Detrás de estos miedos y de estas inquietudes internas no está el «aguirrismo», aunque Cifuentes haya apuntado a «fuego amigo» como responsable de los movimientos en su contra. Un «fuego amigo» que existe, pero que está al margen del cambio de sensaciones que se perciben dentro del PP tanto a nivel nacional como territorial.
Hasta ahora la secretaria general, María Dolores de Cospedal, es quien con más dureza ha defendido a la presidenta de Madrid, llegando incluso a atribuir las informaciones sobre el polémico máster a intentos de conseguir lo que no logró un accidente mortal de moto, es decir, metafóricamente, su muerte política. Esas declaraciones sorprendieron incluso en su momento dentro del partido, aunque también ayer el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, mantuvo la posición de apoyo oficial. Señaló que espera que todos «sean tan transparentes» como Cifuentes con la explicaciones sobre su máster de Derecho Autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos. «Ya ha dado explicaciones en este tiempo y va a comparecer en la Asamblea. Yo respeto lo que sostiene y lo que va a manifestar», señaló Hernando.
También el vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, Javier Maroto, mostró ayer su apoyo y el de la dirección nacional: «Cifuentes se ha ganado mi confianza en estos años y la mantengo». «Quiero quitarme el sombrero porque es una política de raza de las que salen a la calle, y que si la paran a hacerle una queja, ella se para y no pone excusas para seguir caminando, de las que se implica», defendió.
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