Caso ERE
El «chófer de la coca» apunta a Zarrías y al senador Caballos
Relata que recogió regalos para su ex jefe, Guerrero, que era director de Trabajo en la Junta.
Relata que recogió regalos para su ex jefe, Guerrero, que era director de Trabajo en la Junta.
Podía haber sido un «déjà vu», pero Juan Francisco Trujillo, el ex chófer del ex director general de Trabajo de la Junta Francisco Javier Guerrero que copó titulares al admitir la compra de cocaína con ayudas del «caso ERE», fogoneó ayer con su declaración el primer juicio de esa «macrocausa» en la que ha sido investigado en varias piezas. Estaba citado esta vez como testigo en el bloque político que afecta a 22 ex altos cargos de la Junta, entre ellos los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y no sólo volvió a señalar al que fuera su jefe, a quien le unía, dijo, una «relación de amistad», sino que acabó apuntando como novedad al actual senador por la comunidad e histórico dirigente socialista sevillano José Caballos, al sostener que su antiguo superior se entrevistó con él.
A preguntas de la Fiscalía, Trujillo aseveró que Guerrero le comentó que tenía un programa de ayudas sociolaborales y a empresas en crisis, que podía dar dinero a gente que lo necesitara en esos servicios y que era él el que «disponía de darlas o no darlas». Le trasladó además que esos fondos «no iban a tener ningún tipo de control» en palabras engarzadas por el Ministerio Fiscal. El ex conductor relató en la sala que entre 2003 y 2007 que ocupó su puesto llevó al ex director general a reuniones con consejeros y viceconsejeros de Empleo, a Presidencia, a la Consejería de Economía y Hacienda, a la de Innovación y al Instituto de Fomento de Andalucía (IFA). En dos ocasiones que «fueron al palacio de San Telmo», sede de la Presidencia del Gobierno autonómico, le hizo referencia a dos encuentros que «había mantenido con el entonces consejero de Presidencia», Gaspar Zarrías y en concreto, tras uno de ellos, manifestó «encontrarse enfadado porque no le habían salido las cosas bien». Sin cambiar el tono de voz, rugoso, trajo al presente otras reuniones de su ex jefe con empresarios, representantes sindicales, despachos de abogados... «Todos los desplazamientos que hacía el director general los llevaba yo, entonces la lista puede ser inmensa», llegó lanzarle a la Fiscalía, para apostillar que no recordaba que aquél le hubiera ilustrado sobre el contenido de esas otras citas. Le interrogaron también por el llamado «conseguidor» de los ERE, el ex sindicalista investigado Juan Lanzas, a quien «conocía» antes de ser chófer de Guerrero. Confirmó que el primero se relacionó con el segundo porque éste «se dedicaba a gestionar temas de empresas». En relación a las sustancias estupefacientes que lo colocaron en los informativos nacionales, el Ministerio Público le recordó que en sus declaraciones judiciales anteriores había hecho referencia a esos «problemas de drogadicción» y quiso saber si eran conocidos «en el entorno» de la Consejería de Empleo. El testigo lo negó, pero añadió que sí lo supo Lanzas, quien, afirmó, tuvo vinculación o relación de amistad con Zarrías.