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Terrorismo

Una de las candidatas-etarras que aún mantiene EhBildu tenía como objetivo a Rita Barberá

Sara Majarenas formaba parte, junto con Miguel Orbegozo, del "comando Levante", desarticulado por la Policía antes de que pudiera empezar a matar

Foto de archivo de la etarra Sara Majarenas. larazon

Sara Majarenas Ibarreta es una de las 37 candidatas-etarras que siguen en las listas de EhBildu, en concreto por la localidad guipuzcoana de Astigarraga. Formó parte, junto con Miguel Orbegozo, del “comando Levante”, que fue desarticulado por agentes de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional antes de que empezara la campaña de atentados que les habían encargado sus jefes en Francia. Fue en febrero de 2005, en un hostal de Valencia, que casualidades del destino, o no, está situado en la calle de la Sangre. Entre sus objetivos, policías, militares, políticos y, de forma preferente, la que era alcaldesa de la ciudad Rita Barberá, ya fallecida.

La operación para desmantelar la célula estuvo precedida por una gran labor de información ya que los agentes habían logrado conocer algunas de las identidades falsas que utilizaban los etarras. Al registrarse en el hostal Tartessos saltaron las alarmas y comenzó el operativo para su captura.

Las investigaciones, que se habían iniciado hace algún tiempo, formaban parte de un plan antiterrorista que la CGI había puesto en marcha para evitar atentados en zonas turísticas y en otros lugares. Los agentes supieron, gracias al conocimiento de una de las documentaciones falsas que usaba Sara Majarenas, que un "comando" se encontraba en el litoral mediterráneo.

La detención de los etarras contó con la inestimable colaboración de una patrulla de la Policía Municipal, que, al observar, una persecución, actuaron para evitar que el individuo que pretendía huir consiguiera su objetivo. A las ocho y cuarto de la mañana, cuando circulaban por la calle de San Vicente Mártir, vieron una persecución entre dos hombres. Comenzaron a seguirlos sin saber que uno de ellos era un policía nacional, vestido de paisano hasta que oyeron al agente gritar “Alto, Policía” .

Decidieron seguir desde su vehículo la persecución y observaron cómo el etarra corría por la acera y no podía salir a la vía pública porque un andamio se lo impedía. En ese momento, la patrulla de la Policía Local le cortó el paso a la altura de la calle Linterna, salieron del coche y entre los tres agentes le redujeron, le cachearon y le esposaron, sin que opusiera resistencia.

Mikel Orbegozo llevaba una una pistola 9 milímetros Parabellum de las que habitualmente utiliza la banda ETA y numerosa documentación. Mientras esto sucedía, a escasos 200 metros, en el citado hostal, otros agentes arestaban a Sara Marajena y acababa así una operación que había comenzado unos minutos antes. “Democracia y libertad para Euskal Herria” fueron las únicas palabras que los dos terroristas pronunciaron momentos antes de entrar en los coches en los que fueron conducidos a la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Los etarras disponían de una bomba lapa preparada que iban a colocar en el automóvil de un militar de forma inmediata.

Para llevar a cabo sus macabros planes, tenían un auténtico arsenal: un fusil; 25 cartuchos de 100 gramos dinamita Titadyne; 350 gramos de dinamita; una bomba lapa; un kit con circuito para montar una bomba lapa; cuatro detonadores; cordón detonante; dos pistolas Sig Sauer 9 mm parabellum y Browing; una acreditación de periodista; tres DNI; dos placas de Guardia Civil y un carné de estudiante.

Asimismo, 20 folios de información sobre posibles objetivos, entre ellos Rita Barberá., de un guardia civil, un coronel médico y el jefe de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Mislata (Valencia). También tenían datos de edificios oficiales y listados de otros políticos y alcaldes.

Durante el juicio en el que fueron condenados, tanto Orbegozo como Majarenas se negaron a prestar declaración y se limitaron a manifestar su «orgullo por haber luchado por los derechos de Euskal Herria». Como pareja, se llegaron a besar durante la vista. Ahora, majarenas pretende ser representante municipal para servir a los ciudadanos.