Cristina L. Schlichting
El avatar feminista de «Tito Berni»
Si «Tito Berni» hubiese admitido un toma y daca cutre, una extorsión liviana al empresariado canario, podríamos ser indulgentes
Si me asistiese el derecho de defender la imagen de las mujeres, exigiría ahora mismo que «Tito Berni» quitase la imagen de su avatar de wasap. ¿Cómo puede tener tanta cara como para anunciarse con una imagen del 8-M y el lema «Ni un paso atrás», junto a los colores del partido Socialista? ¿De verdad tenemos que vernos mezcladas las mujeres en nuestro día con la trama putífera de este señor?
Hay que tener muy poca vergüenza para salir medio desnudo en fotos con prostitutas y, a la vez, exhibirse vindicando el feminismo. Juan Bernardo Fuentes Curbelo debe ser un mentiroso de aúpa. Cuando le preguntaron por la fotografía en que aparece en pantalones, con el torso al aire, en compañía de una profesional del sexo, respondió con desenvoltura que «estaba durmiendo en el mismo hotel que Antonio Navarro Tacoronte y fue este quien me despertó para presentarme a unas amigas, de modo que apenas me dio tiempo a vestirme». Curbelo nos quiere hacer creer que la gente se pasea por los pasillos de los hoteles sin camisa, con la barriga al aire. Sobre todo para saludar a la gente.
Si «Tito Berni» hubiese admitido un toma y daca cutre, una extorsión liviana al empresariado canario, podríamos ser indulgentes. El problema es que lo niega todo, incluso la evidencia fotográfica. Interrogado por la jueza instructora, María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres Farizo, titular del juzgado número 4 de Santa Cruz, es rotundo. ¿Fiestas? «No me consta» ¿Empresarios visitando el Parlamento? «Eso es habitual». El sumario demuestra que a Fuentes Curbelo se le regalaron vuelos y hoteles, que comía y cenaba con empresarios y políticos en Ramsés, La Quinta, La Trainera o Ribeira do Miño, que iba al burdel «Club Sombra». Cuando le preguntan, repite a quien quiera oírlo que ni va de putas, ni bebe ni consume drogas. Hay demasiada distancia entre lo que es y lo que pretende ser.
Según las facturas que constan en el sumario, la noche del 22 al 23 de septiembre de 2020, poco después de que el Congreso hiciese una Declaración Institucional contra la Explotación Sexual, «Tito Berni» se fue con el conseguidor Tacoronte (el que le molestaba por las noches en el hotel) y con un empresario al restaurante Ramsés de Madrid, en la Puerta de Alcalá. El trío consumió cuatro copas de ron Santa Teresa, tres gin tonics de Hendricks y otros tres de Bombay Saphire. Aunque también comieron jamón «Joselito Gran Reserva». Es fácil imaginar la tajada que llevaban cuando después acabaron en el Club Sombra. Hasta 13 diputados socialistas y dos senadores se han reunido y comido con estos pájaros. Cinco de ellos han tenido que admitirlo (Manuel Arribas, de Ávila; Ana Prieto, de Lugo; Indalecio Gutiérrez Salina, de Almería; Guillermo Antonio Meijón, de Pontevedra, y Uxía Tirón, de Orense). En La Trainera se gastaron, en una sola comida de tres comensales, 402 euros. Ni Fuentes Curbelo ni Tacoronte pagaban semejante tren de vida. Es evidente que la pasta salía de otro lado. De la misma procedencia que los ingresos en la asociación deportiva «La Vega de Tetir», tras de la que se amparaba Tito Berni como presidente. Los extorsionados demostraban su disponibilidad aportando 5000 euros al club. El fiscal preguntó a Fuentes Curbelo: «¿Que finalidad puede tener que un empresario le haga una transferencia?» El «Tito Berni» contestó con cuajo: «Colaborar con el deporte base».
Serán precisamente los empresarios extorsionados quienes puedan aportar la carga de la prueba. Conviene no solo para descargarlos, sino para saber si los políticos acabaron vendiendo los dineros públicos de subvenciones y contratos. Entretanto, convendría que el interfecto cambiase de avatar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar