Pablo Iglesias
Así llega cada partido al día de las elecciones
PP: Sella su victoria en contener a Vox
Las tornas han cambiado con la campaña electoral. Y para Pablo Casado el éxito o el fracaso de estas elecciones está en sus resultados, en que mejore hasta acercarse a los cien escaños, pero, sobre todo, se medirá en los resultados de Vox. Dicho de otra manera, en la capacidad de la nueva dirección popular en contener el crecimiento de Santiago Abascal que anticipan las encuestas de última hora.
Cuando a finales de septiembre se confirmó la convocatoria de unas nuevas elecciones Vox no estaba en la agenda del PP. Ni de casi nadie. Resueltos de manera muy satisfactoria para los intereses del PP los pactos autonómicos y municipales, los dirigentes del principal partido de la oposición coincidían en pronosticar que Vox había tocado techo en las últimas autonómicas y municipales y que ya sólo le quedaba caer, en un proceso de fuga de votos que volverían en su mayoría de nuevo a la bolsa del PP. Muchos de esos dirigentes temen ahora que Vox les coma la merienda, aunque en ningún caso tanto como anuncian los sondeos de última hora. Que suba a 50 escaños lo ven una fantasía.
Casado no se juega su liderazgo en esta campaña. Tendrá opción a ser candidato en unas nuevas elecciones generales. Pero sí se juega su margen de maniobra como líder de la oposición, y de esto dependerá su fortaleza para resolver su tercer y último intento de asaltar La Moncloa. No tendrá más posibilidades aunque haya tenido menos tiempo que sus antecesores para consolidarse como líder nacional del PP. En Génova señalaban anoche que lo lógico es que se consoliden como principal fuerza de la oposición, entierren a Cs, y dejen a Vox para la siguiente vez. Las urnas dirán mañana, informa C. Morodo.
Cs: Desfondado y en caída libre
Ciudadanos llega a la recta final desfondado. Ha intentado hacer una campaña innovadora basada en el hartazgo de los españoles por ir a votar por segunda vez, pero ni la campaña, ni los debates ni sus propuestas parece que le den la remontada que esperaba. A pesar de que los naranjas manejan mejores trackings de los que les dan los barómetros lo cierto es que siguen en caída, y podrían perder el espacio de tercera fuerza que le otorgaron las urnas el 28-A. Está en riesgo que algunos de los pilares fundamentales del partido pierdan su escaño como sería el caso de Juan Carlos Girauta, José Manuel Villegas, Melisa Rodríguez o el de José María Espejo. Rivera nada contra corriente en un escenario en el que el PP lidera el centro derecha. Esta situación coloca a los naranjas en una posición especialmente complicada para Rivera porque es el resultado de la imposición de una estrategia que estaba destinada a relevar a Casado al frente del centro derecha.
Rivera sorprendió con una campaña en la que el perro Lucas, su ruta en moto, un partido de fútbol, el merchandising del debate realzaron más la pompa que el fondo. Cs apostó la remontada al debate a cinco en el que Rivera no salió victorioso y fiaron la suerte al del jueves de la Sexta, en el que Inés Arrimadas intentó salvar los muebles erigiéndose como el único partido del centro, pero los pronósticos siguen sin ser de favorables. A pesar de que no cuenta con viento a favor, los naranjas apuestan por ser la horquilla que libere al futuro Gobierno de los pactos con nacionalistas y Podemos y fían su suerte al voto indeciso y abstencionista, informa C. S. Macías.
VOX: La resistencia con viento favorable
Vox llega a la recta final de la campaña con fuerza y viento favorable. No se han basado en ninguna estrategia más que insistir en un discurso sin complejos, ser ellos mismos y no achantarse aunque sus propuestas suenen políticamente incorrectas. Mientras el resto de formaciones han optado por pequeños actos sectoriales, Vox tiene el éxito de movilización de esta recta final. Al menos, ha sido el que más actos ha llenado y solo ayer consiguió convocar a más de 9.000 personas en Valencia . Que la Asamblea de Madrid aprobara con el apoyo de PP y Cs, la propuesta de Vox de ilegalizar a los partidos independentistas le hace llegar al sprint final incluso con oxígeno, enarbolándose como bandera de que votarles sí es útil. La formación que lidera Santiago Abascal está cada vez más fuerte y no solo los barómetros le dan un aumento en escaños sino que le sitúan como tercera fuerza. Puede dar la campanada o quedarse en la resistencia. Pero Vox es prudente y prefiere no crear expectativas. Ya no hay miedo a votar a los de Abascal que han logrado que su mensaje llegue a más personas que en la campaña anterior. Incluso la participación de Abascal en el debate le dio la oportunidad de dar a conocer su mensaje «sin intermediarios». Los de Abascal se presentan como la «alternativa patriótica», convencidos de arrancar votantes incluso de Sánchez y no se conforman con echar al líder del PSOE y que sea Casado el presidente sino que lo que ellos quieren es cambiar las cosas. Dejan claro que serán el dique de contención para frenar gobiernos de la izquierda y que pelean por ideas y no por sillones, informa C. S. Macías.
Podemos: Maniatar al PSOE; finiquitar a Errejón
No es casual que «Un Gobierno contigo» haya sido el lema de Podemos para esta campaña. Los de Iglesias siguen confiando, al menos en su discurso oficial, en poder alumbrar la ansiada coalición. Porque en España, argumentan, algunos hitos de nuestra historia nunca se lograron a la primera. El voto femenino, por ejemplo. O que una moción de censura triunfara. Con las encuestas descartando la debacle, Iglesias respira tranquilo. Sin embargo, las sombras económicas y el desafío del Govern de Torra han centrado a Sánchez. Y lo alejan de Podemos. Los anuncios realizados por Sánchez respecto a Cataluña y el nombramiento preventivo de Nadia Calviño como vicepresidenta económica insisten en esa dirección. La cúpula de Podemos sólo advierte dos elementos que puedan frenar el «plan A» del PSOE de buscar un acuerdo a su derecha: una bancada morada tan fuerte como para dejar sin excusas a Sánchez o una subida de Vox tan notable como para que Casado no quiera emular a Merkel e importar la gran coalición. Y aunque el objetivo prioritario sea el de forzar el acuerdo PSOE-Podemos, los de Iglesias también saben bien que, si Sánchez opta por PP y Cs, ellos afrontarán la legislatura como grupo de oposición y principal altavoz del votante de izquierdas. Un mandato así, reconocen en la dirección del partido, haría que muchos votantes de Sánchez buscaran refugio en Podemos. En este contexto, serán dos las batallas moradas este 10-N: mantener con el PSOE la correlación de fuerzas y sepultar el Más País de Errejón y, con ello, cualquier amago de alternativa que fagocite el voto morado a costa de la moderación y de ocupar el espacio entre Sánchez e Iglesias, informa Pablo Gómez.
Más País: Liderazgo efímero si no es decisivo
Íñigo Errejón echaba ayer el cierre a la campaña electoral sin la certeza de haber seducido en esta semana a ese electorado enfadado con la clase política. En el cuartel general de Más País no certifican que ese bloque indeciso de la izquierda haya encontrado el refugio en su formación. Se erigía el partido como parte de la solución de cara al 10-N, como «antídoto» contra la abstención y la desafección política, pero durante la semana de mítines, la formación ha acabado asumiendo públicamente que el desbloqueo no está en su mano. El propio candidato comentaba ayer mismo que si los bloques no se mueven, como pronostican las encuestas, lo más probable es que España se encamine a terceras elecciones. Esto es, asumir, antes de celebrarse, el fracaso del partido creado para competir directamente con Pablo Iglesias.
Errejón hipoteca su objetivo de ser determinante en la configuración del gobierno progresista a remontar su liderazgo a nivel nacional que se vio perjudicado tras salir herido de la batalla de poder con su entonces líder Pablo Iglesias. Ser referente nacional es su última oportunidad en tiempo de descuento. Acusa el cansancio al que ya le vincula la sociedad tras haber participado en la fundación de tres partidos; Podemos, Más Madrid y ahora Más País. A pesar de que el resultado autonómico en Madrid le encumbró, la duda sobre reconvertir su tirón autonómico en nacional, le persigue. Las encuestas vaticinan entre cuatro y cinco escaños, lejos de los 15, a los que aspiran. Su liderazgo se antoja efímero si las urnas no respaldan la opción de un partido que bebe de los orígenes de su matriz, Podemos, informa Rocío Esteban.
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