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Afganistán
Afganistán: entre la calma y la amenaza
Tras un infierno de más de 12 horas, el distrito de Shepur vuelve a la normalidad, aunque nadie puede bajar la guardia. Ayer fue el primer día de jornada laboral, (los festivos en el país musulmán son viernes y sábado) tras un fin de semana negro. Los afganos se han acostumbrado a vivir con la violencia diaria y después de cada atentado, de cada entierro de un ser querido se vuelve a la rutina.
No obstante, la cancillería y los dos edificios donde reside parte del personal diplomático estaban ayer cerrados. Los fieros enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad afgana y los tres atacantes suicidas atrincherados causaron importantes destrozos en todo el complejo de la Embajada. Probablemente, el edificio de la cancillería permanecerá algunos días sin abrir al público.
La misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) confirmó ayer la muerte de dos civiles afganos, lo que eleva a 12 el numero de víctimas mortales en el ataque a la embajada de España.
Por su parte, el jefe de Crímenes de la Policía de Kabul, Fraidon Obaidi, detalló a que cinco de los nueve afganos heridos en el ataque sufrieron daños menores y ya han sido dados de alta, mientras que otros cuatro continúan hospitalizados.
En cuanto a la investigación del suceso, puntualizó que, puesto que todos los atacantes fallecieron y los talibanes reclamaron su autoría, las autoridades tienen "claro"quien fue el "cerebro"de la acción.
"Es responsabilidad de la comunidad internacional así como del Gobierno afgano dar pasos con el objetivo de arrestar al líder de los talibanes (el mulá Mansur) para no tener que ser testigos de este tipo de incidentes en el futuro", manifestó Obaidi.
Que en menos de una semana los talibanes hayan podido infiltrarse en el ultra protegido aeropuerto internacional de Kandahar, burlando tanto a las autoridades afganas como policías internacionales, y hayan matado a más de 60 personas y dos días después asaltaran una casa de huéspedes y la embajada de España, demuestra su gran capacidad de ataque. No hay que olvidar que ahora además, los talibanes se han dividido en dos facciones, después de que este verano el Mulá Ajtar Mansur fuera elegido el nuevo líder para sustituir al extinto Mulá Omar. La nueva facción insurgente es aún más violenta y letal que los propios talibanes, ya que han jurado lealtad al Estado Islámico. En estos días se ha discutido en España si el complejo de la Embajada estaba bien protegido o si el ataque podría haberse evitado. Más que las medidas de seguridad en la legación española hay otros factores imprevisibles contra los que no se puede luchar y menos adelantarse a los acontecimientos. Sin duda el ataque suicida contra la misión diplomática española ha sido una sorpresa. A pesar de los esfuerzos internacionales para formar a las fuerzas de seguridad y el Ejército afgano, o los esfuerzos del gobierno de Ashraf Ghani para entablar negociaciones de paz con los talibanes, el país centroasiático está aún muy lejos de ser estable. Aunque ahora se refuercen aún más las medidas de seguridad en las embajadas occidentales e instituciones gubernamentales, la amenaza sigue estando latente.
Para España ha sido una gran tragedia el haber perdido a dos miembros de la Policía en estas circunstancias. Hoy está previsto que llegue a Kabul un Airbus que partirá por la mañana para repatriar los cuerpos de los compatriotas Isidro Gabino Sanmartín Hernández y Jorge García Tudela, considerados por el gobierno español como “héroes”. Pero también lo son los otros siete policías supervivientes que a pesar de todo lo ocurrido se encuentran bien y continúan en Kabul. En el avión que saldrá a primera hora desde España estarán viajando un nuevo destacamento policial compuesto por diez policías para sustituir al que prestaba servicio hasta estos momentos en la delegación diplomática en la capital afgana.
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