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Inundaciones

Aagesen sigue la estela de Ribera: sin fecha para ir a Valencia un mes después de la DANA

Aagesen lleva ya cuatro días en el cargo y tiene intención de ir a la zona afectada por la DANA, pero todavía no está en agenda

La nueva vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen a Alberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS

Sara Aagesen ya ha jurado el cargo como vicepresidenta tercera para la Transición Ecológica y, tras cuatro días ya, sigue aún sin fecha para ir a Valencia pese a que este viernes se cumple un mes de la tragedia de la DANA que ha dejado más de 200 fallecidos. De esta manera, Aagesen parece que sigue la estela de su antecesora en el cargo, Teresa Ribera, quien no pisó Valencia ni un solo día y se desentendió de la gestión de la catástrofe: sí que es cierto que, según fuentes consultadas por LA RAZÓN, la actual ministra sí tiene previsto hacer visita en el terreno, aunque las críticas de la oposición arrecian porque tampoco ha fijado ninguna fecha.

La cartera de Transición Ecológica es la que mayor cuota de responsabilidad de todo el Gobierno tiene en la gestión del desastre ya que tiene el control de la Confederación Hidrográfica del Jucar, un organismo que se encarga de recoger datos sobre pluviometría y volumen de los cauces. En este sentido, la Generalitat valenciana ha señalado la deficiente comunicación de la Confederación durante las horas cruciales de la DANA porque hubo hora y media sin avisos, en los que el volumen del caudal de la zona clave del barranco del Poyo pasó de 28,7 metros cúbicos por segundo a 1.686, un tiempo determinante para que el agua arrasara con todo en los municipios por los que pasó.

De hecho, esto mismo ha sido reconocido por el Gobierno, según la cronología de las alertas que difundió Moncloa la pasada semana durante la comparecencia de Ribera en el Congreso. En este sentido, se pasó de comunicar que bajaban 28,7 metros cúbicos por segundo por el barranco del Poyo a 1.686 en hora y media: por medio, no hubo comunicación pese a que por la mañana y al mediodía, con menor caudal, la frecuencia de avisos bajaba de la hora y media. En concreto, a las 12.07 horas llega el primer aviso, en el que el barranco del Poyo acumula un caudal de 264 metros cúbicos por segundo; sin embargo, a las 13.42h baja a 120; a las 15.04h, cae a 55,86; a las 16.13h, a 28,7; y, ya a las 18.43h, a 1.686.

En todo caso, la estrategia comunicativa del Gobierno ha pasado por sacudirse cualquier atisbo de autocrítica ya que ni Pedro Sánchez ni la propia Ribera se han responsabilizado de nada y se han dedicado a señalar a Carlos Mazón. El Gobierno mantiene que cumplió con su papel informar y alertar a la Generalitat valenciana para que pudiera advertir de los peligros a la población. Pero no toda la responsabilidad del Gobierno se centra en las deficientes alertas y en la gestión hecha el mismo día 29 de octubre, ya que los trabajos de prevención de inundaciones del Ministerio son determinantes: en este caso, están la limpieza de los cauces para evitar que se produzcan obstrucciones, como ocurrió, pero no se ha hecho por motivos «ecológicos», que muchos expertos ponen en duda; se tiene que mejorar los propios instrumentos de medida, ya que algunos expertos han señalado que están obsoletos; y, sobre todo, hay que introducir mejoras en las infraestructuras.

En este punto, la propia Ribera ha sido incapaz de culminar las obras de adecuación del barranco del Poyo para mitigar los riesgos de inundación en los municipios que atraviesa el cauce: en este punto, ha aducido tanto falta de disponibilidad presupuestaria (se estimab un gasto de en torno a 50 millones de euros, insignificante con el coste en vidas humanas y material que ha tenido la DANA) como problemas medioambientales. La exvicepresidenta trató de retomar las obras en 2018, pero finalmente tuvo que claudicar ante Ximo Puig en 2021, pese a que haya tratado de endosar toda la responsabilidad a Mariano Rajoy por no haber ejecutado esas actuaciones. Según dijo Ribera, ella misma puso en marcha la posibilidad de hacer las obras en diciembre de 2011, cuando ella era secretaria de Estado con José Luis Rodríguez Zapatero y ya estaba en funciones.

Ribera no pisó Valencia y tardó 22 días en dar explicaciones en el Congreso, mientras que Sánchez sí pasó por las zonas afectadas aunque tuvo que huir por las protestas y ha comparecido esta misma semana en la Cámara Baja, casi un mes después.