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Castilla y León
Asesinato de Isabel Carrasco: 84 preguntas para un veredicto
El presidente, al jurado sobre el crimen de Carrasco: «No tengan miedo a declararlas culpables, pero tampoco a declararla no culpables si creen en conciencia que no cometieron los hechos»
El presidente, al jurado sobre el crimen de Carrasco: «No tengan miedo a declararlas culpables, pero tampoco a declararla no culpables si creen en conciencia que no cometieron los hechos»
Los nueve miembros del Jurado que deben decidir sobre la culpabilidad o no de las tres acusadas de participar en el asesinato de la entonces presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, perpetrado 12 de mayo de 2014, y, en su caso en qué grado y las circunstancias agravantes o atenuantes que han podido concurrir en cada una de ellas, se encuentran encerrados desde ayer en un hotel para deliberar sobre estos hechos. En total, deben responder a 84 preguntas que les entregó el magistrado presidente del tribunal, de cuyas respuestas concluirán un veredicto que, en todo caso, se prevé que no se conozca hasta dentro de unos días.
Antes de entregarles el cuestionario, el magistrado les dio las correspondientes instrucciones y terminó con una «recomendación», aunque era más una indicación que incide directamente en los derechos que están en juego: «Es verdad que no deben tener miedo a declarar culpables a las acusadas, si quedan plenamente convencidos de ello, pero más importante es que no deben tenerlo a declararlas no culpables si creen honestamente y en conciencia que no cometieron los hechos de que se las acusa». Y ello, porque, tal como les expresó justo antes, «en caso de duda en la valoración de la prueba, en relación con un hecho concreto objeto de veredicto, deben decidir en el sentido más favorable», en una clara referencia al derecho a la presunción de inocencia y que las acusadas no tienen que demostrar su inocencia, sino las acusaciones haber convencido de justo lo contrario». Para un veredicto de culpabilidad se necesitan siete votos, mientras que para uno de «no culpabilidad» se requiere cinco.
La conclusión a la que llegue el jurado sobre si existió un plan «perfectamente organizado» entre las tres acusadas para asesinar a Isabel Carrasco, como sostienen el fiscal y las acusaciones, determinará en buena parte todo lo demás. Si se avala la tesis acusatoria, la sentencia condenatoria por asesinato será prácticamente un hecho Si, por el contrario, se concluye lo contrario, habría que establecer la responsabilidad de cada una, en caso de que se entienda que tuvieron alguna relación con el asesinato de la ex presidenta de la Diputación.
En relación con Montserrat González, el jurado deberá pronunciarse sobre una cuestión central: si sufría o no alteración psíquica, es decir, si conocía y era consciente del hecho que cometió. En cuanto a si disparó o no a Isabel Carrasco, no parece que existan dudas, toda vez que ella misma lo reconoció, además de admitir que no se arrepentía de lo que había hecho, pero sí deberán pronunciarse sobre si lo cometió con alevosía, es decir, sin posibilidad de que la víctima pudiese defenderse. Esta cuestión, a la vista de lo declarado por ella misma y ratificado por los peritos y el testigo que lo presenció, tampoco parece ofrecer muchas dudas. De esta forma, lo que puede atenuar la pena, tal como solicita la defensa, es que los miembros del jurado entiendan que sufría esa alteración psíquica.
En cuanto a su hija, Triana Martínez, el jurado tendrá que determinar si tuvo una participación activa, directa y determinante en los hechos enjuiciados. En la hipótesis de que el jurado no llegue a esa conclusión, deberá pronunciarse sobre la alternativa planteada por las acusaciones: si fue cómplice en el asesinato. Y, junto a ello si, en todo caso,su participación estuvo motivada por encubrir a su madre, lo que, en ese caso, podría llevar a la aplicación de la eximente de encubrimiento familiar, y, por tanto, quedaría exonerada, que es la tesis que sostiene la defensa.
La situación, al menos a priori, más complicada que debe resolver el jurado es en lo que afecta a la policía local Raquel Gago. En este caso, las acusaciones no plantean el «término medio» de la complicidad, como con Triana Martínez, sino que reclaman un veredicto de culpabilidad como autora por cooperación necesaria en el asesinato de Carrrasco o, de no aceptarse, como encubridora. Por ello, el jurado deberá concluir si existió un «plan» para el asesinato en el que participaría Gago desde el inicio, sólo ocultó a conciencia el arma empleada o, como reclama la defensa, si no avisó a sus compañeros de que estuvo con Triana poco después del crimen hasta 30 horas de cometerse fue por un «bloqueo».
Hasta dar respuesta a estas preguntas, de forma motivada, permanecerán incomunicados en un hotel. Ninguno de ellos podrá abstenese de votar y, en caso de duda, podrán pedir la presencia del presidente «para que amplíe las instrucciones». En algunos días, habrá veredicto, y también anuncio de recursos.
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