"Procés"
Puigdemont será detenido si regresa aunque Europa avale su inmunidad
El ex presidente de la Generalitat solo se plantea volver de forma inmediata si el Tribunal General de la Unión Europea tumba el suplicatorio
Pese a haberse desembarazado de la sedición –gracias a la reforma del Gobierno que ha derogado el delito–, el posible regreso de Carles Puigdemont no tiene fecha. Como él mismo se encargó de recordar el pasado jueves, ni se le pasa por la cabeza volver «esposado ni rendido ante un juez español». Por eso se encomienda a la Justicia europea para regresar más de cinco años después por la puerta grande. Pero ese escenario soñado tiene un escollo por el momento insalvable: su procesamiento, ahora por malversación agravada (hasta doce años de cárcel y veinte de inhabilitación) y desobediencia (delito que no lleva aparejadas penas de prisión). Una resolución judicial sobre la que planea un más que probable ingreso en prisión si decidiese poner un pie en nuestro país.
Para conjurar esa amenaza, el expresident y su equipo de abogados confían en el parapeto de la inmunidad del eurodiputado Puigdemont. Una salvaguarda de la labor parlamentaria frente a actuaciones judiciales que la Eurocámara le retiró inicialmente y que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) le devolvió de forma cautelar en mayo del pasado año. Esa decisión mantiene paralizada la última Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) emitida contra él por el instructor de la causa del «procés», el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
El líder independentista catalán demandó al Parlamento Europeo por este motivo y está a la espera de que se pronuncie el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) para decidir sobre un posible regreso, lo que previsiblemente sucederá a lo largo de los próximos meses de febrero o marzo. Fuentes de su entorno lo tienen claro: si el TGUE tumba el suplicatorio y recupera su inmunidad plena (lo que obligaría a Llarena a mantener paralizada la euroorden), las puertas de un posible regreso se abren de par en par. «Puigdemont vuelve», apuntan sin género de duda.
Procesado antes de ser elegido europarlamentario
Pero incluso en esas circunstancias, el expresident, sobre el que pesa una orden de detención nacional, sería arrestado según confirman fuentes del Tribunal Supremo, que hacen hincapié en que el protocolo europeo de inmunidades establece que al europarlamentario no se le puede detener en ningún país de la Unión Europea, pero que en el suyo propio goza «de la misma inmunidad que los parlamentarios nacionales». Lo que se traduce, añaden esas mismas fuentes, en que el europarlamentario «no puede ser procesado sin previa autorización» de la Eurocámara. «Pero al haber sido ya procesado –matizan–, no tiene que pedirse permiso a nadie».
Con ese argumento, Puigdemont sería arrestado en caso de volver a España aunque el TGUE desbaratase el suplicatorio (el permiso que concedió el Parlamento Europeo para que el juez Llarena procediese contra él) y ratificase su plena inmunidad parlamentaria. Algo que no sucedería, explican, fuera de nuestras fronteras, donde podría seguir moviéndose con libertad a la espera de que se reactivase la euroorden (salvo que perdiese su condición de europarlamentario y, por tanto, el paraguas de la inmunidad).
En el entorno del expresident son conscientes de que ese riesgo existe y ya preparan un contraataque procesal. «Iniciaríamos un procedimiento de incumplimiento ante el TGUE –aseguran–, pidiéndole que instase a la Comisión Europea a poner en marcha un procedimiento contra España por incumplir las resoluciones de la Justicia comunitaria».
Euroorden paralizada
El primer pronunciamiento de la Justicia europea llegará a final de mes, cuando el TJUE resuelva la cuestión prejudicial planteada por Llarena al dirimir si el magistrado del Supremo puede reclamar la entrega de Puigdemont (tras el revés de Bélgica en el caso del exconseller Lluís Puig).
Pero esa decisión en ningún caso condiciona el regreso del líder soberanista. Si el TJUE da la razón a Llarena, la OEDE seguirá paralizada a la espera de la decisión del Tribunal General de la UE sobre su inmunidad. “Mientras mantenga la inmunidad, aún de forma cautelar, no pueden tramitarse las euroórdenes”, señalan fuentes del Supremo.
En ese caso, desde el alto tribunal apuntan que ni siquiera sería necesario pedir de nuevo el suplicatorio: «El procedimiento de suplicatorio es el mismo: la petición de autorización al Parlamento Europeo para tramitar el procedimiento penal contra él, y no acusarlo por un determinado delito». Ahora, además –matizan– eliminada la sedición los delitos que se le imputan son de menor gravedad. Desde el equipo jurídico del líder independentista, sin embargo, defienden que el magistrado estaría obligado a solicitar un nuevo suplicatorio.
En todo caso, la defensa del ex presidente de la Generalitat fía un posible regreso a la posterior decisión del TGUE. Si avala el suplicatorio, aún tiene la posibilidad de recurrir y atisban un motivo de optimismo: la decisión la tomará el vicepresidente del TJUE, que fue quien devolvió a Puigdemont cautelarmente la inmunidad.
En caso de que la Justicia europea confirmase el suplicatorio y la retirada de la inmunidad, desde el Supremo no tienen dudas de que «con seguridad absoluta la OEDE se va a reactivar».
Pero si recupera su inmunidad de forma plena, Puigdemont quiere poner rumbo a España asumiendo el riesgo de una posible detención, lo que abriría un nuevo frente judicial en Europa. «Estamos muy cerca de llegar a donde queríamos hace cinco años», aseguran fuentes de su defensa en relación con la estrategia jurídica trazada tras su huida.
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