Entrega de premios
El Rey a las víctimas: «Merecéis todo el respeto y máxima atención»
Felipe VI preside la XIX entrega de los Premios de la Fundación Víctimas del Terrorismo. El Espíritu de Ermua o el Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, entre los galardonados
El Rey Felipe VIpresidió ayer la entrega de los Premios de la Fundación Víctimas del Terrorismo, un acto emotivo en que los galardonados reclamaron mantener la memoria de las víctimas vivas. Este año se cumplieron 25 años del asesinato del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco y, el Espíritu de Ermua que nació de aquella lucha sin tregua frente al desaliento que marcó la sentencia a muerte de los etarras, recibió el premio en Defensa de los Derechos Humanos Adolfo Suárez. Además, la periodista Arantza González Egaña, Diario Vasco fue galardonada con el premio de Periodismo Fernando Delgado, y el Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil, recibió el premio Mención Especial 2022. También los alumnos de tres colegios de la Comunidad de Madrid: recibieron el Premio de dibujo para alumnos de primaria del Colegio Gandhi de Villaviciosa de Odón. El Premio de redacción ESO para la alumna Jimena Mª Ramos Pérez, del Colegio CEU San Pablo Montepríncipe de Madrid; y el Premio de redacción Bachillerato para la alumna Sara Fernández Portillo del Colegio Montesclaros de Cercera.
Durante su discurso, el Jefe del Estado destacó el «gran significado y emotividad» de este acto para él. «Merecéis permanentemente todo el respeto y máxima atención», señaló el Monarca, quien siempre ha estado del lado de las víctimas. Prueba de ello es que, tras su proclamación en 2014, su primera audiencia oficial la dedicó a este colectivo.
Sobre el Espíritu de Ermua, el Rey subrayó que «este movimiento solidario, desde la indignación, la repulsa y el dolor hizo surgir el Espíritu de Ermua con el que la sociedad dijo basta a la barbarie terrorista de forma unánime».
Carlos Totorika Izaguirre, regidor de Ermua, por el partido socialista entre 1991 y 2018 y parlamentario vasco entre 1999 y 2001, recogió el premio Derechos Humanos Adolfo Suárez en representación de todos los movimientos cívicos surgidos, antes y después de este triste asesinato.
Durante su discurso recordó que «aquellas movilizaciones contribuyeron a legitimar el Estado de Derecho, a las Fuerzas de Seguridad sacándolas de su soledad, a la Justicia, la imagen internacional de la democracia española y, además, ayudaron a crear las condiciones políticas para aprobar la decisiva Ley de Partidos que imposibilitó que HB pudiera jugar con dos barajas». Y es que, a Totorika, nunca le sorprendió que el hoy socio imprescindible del Gobierno de Pedro Sánchez, el coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi estuviera tomando el sol mientras asesinaban a Miguel Ángel Blanco, quien era su compañero en el ayuntamiento vizcaíno.
El Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil, recibió el premio «Mención Especial» algo que, una representación del Grupo, «supone un orgullo y un auténtico honor al provenir, además, de un colectivo tan estrechamente vinculado a esta Unidad como lo es el de las víctimas del terrorismo». El GAR nació con la misión casi exclusiva de hacer frente a la amenaza del terrorismo de ETA que «azotaba nuestra sociedad con especial virulencia y crueldad al final de la década de los 70». Desde entonces ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos adecuando sus técnicas y procedimientos a la amenaza terrorista actual, dentro y fuera de nuestras fronteras -como es su participación en el proyecto GARSI-Sahel-.
El GAR agradeció esta distinción ya que es un «reconocimiento al esfuerzo, la entrega y la dedicación de todos los que formaron parte» de esta unidad especial desde su creación y, «especialmente, a aquellos que sacrificaron lo más importante, su vida, en defensa de la sociedad a la que sirvieron luchando contra la barbarie terrorista». –En 2020 falleció debido a la pandemia de la Covid el Jefe del GAR, el teniente coronel Jesús Gayoso, una persona muy querida y excepcional profesionalmente–.
Este reconocimiento «supone un plus de responsabilidad en el cumplimiento de nuestro deber y un estímulo para todos los que formamos parte del GAR», para seguir aportando, «con humildad y entrega, nuestro pequeño grano de arena en la lucha contra el terrorismo y mantener nuestro compromiso, como guardias civiles, de honrar siempre la memoria de las víctimas».
Los miembros del GAR tuvieron, al término de sus palabras, un especial recuerdo «para aquellos a los que tanto debemos, los que perdieron su vida o ésta quedó marcada a causa del terrorismo como miembros del GAR, de la Guardia Civil y a las víctimas del terrorismo en su conjunto».