Migración
Colapso en las fronteras de Ceuta y Melilla en el inicio de la fase crítica de la OPE
Los pasos del Tarajal y Beni Ensar entre las ciudades autónomas y Marruecos registraron retenciones de varias horas durante el pasado fin de semana
La reapertura de fronteras terrestres entre España y Marruecos –iniciada el pasado 17 de mayo tras 26 meses de cierre- ha traído de vuelta, y con fuerza, las tradicionales colas veraniegas, convertidas en una maldición casi bíblica, a los pasos del Tarajal y Beni Ensar. Los controles documentales y sanitarios, incluidos los de mercancías, unidos al incremento de pasajeros tras dos años sin Operación Paso del Estrecho han provocado momentos de colapso cuando apenas comienza la fase crítica del dispositivo.
La situación está siendo especialmente difícil desde el pasado jueves, coincidiendo con la llegada del mes de julio, en el Tarajal y Beni Ensar, únicos pasos abiertos a día de hoy entre Ceuta y Melilla y Marruecos. A menos de una semana para la Fiesta del Cordero, todo apunta a que lo peor en las fronteras está por llegar.
El embolsamiento de acceso a la frontera en el Tarajal –en el barrio de Loma Colmenar ceutí- ha alcanzado momentos de colapso dado el incremento de magrebíes procedentes del puerto de Algeciras en su tránsito hacia Marruecos. La Delegación del Gobierno en Ceuta daba cuenta este sábado del incremento del número de vehículos y pasajeros que optan por la línea Algeciras-Ceuta para llegar a Marruecos, que se cifra en estas dos primeras semanas en una subida del 45% respecto al mismo período en 2019, fecha de la última OPE (que globalmente, con más de 3,3 millones de pasajeros y por encima de los 760.000 vehículos, batió récords), según información recogida por EFE. Las colas han superado en algunos casos las cinco horas.
En la frontera de Beni Ensar entre Melilla y Marruecos se han vivido escenas parecidas, con las zonas habilitadas para los vehículos de la OPE –marroquíes de origen procedentes de los puertos españoles de Motril, Málaga y Almería- prácticamente desbordadas y con colas que llegaban hasta el Barrio Chino, por cuya frontera hace justamente diez días que trataron de alcanzar la ciudad autónoma dos millares de jóvenes subsaharianos.
Fuentes de la Policía Local melillense aseguraban este domingo a La Razón en los aledaños de la frontera de Beni Ensar que Marruecos no actúa con la misma disposición con los vehículos vinculados a la OPE y con los residentes en Melilla (que acceden al paso fronterizo por dos carriles distintos). “La prioridad la tienen los de la OPE. La cola de los melillenses que salen a Marruecos a ver a familiares o amigos es más lenta y además los controles en los equipajes son más estrictos con ellos”. Según el Faro de Melilla, Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma confirmaba este extremo: “Son órdenes de Marruecos”.
“Todos los días se dice algo diferente con respecto al futuro de esta frontera, pero van pasando las semanas y no tenemos ninguna seguridad de parte de nuestro Gobierno sobre cuáles serán las condiciones parar entrar y salir en los próximos meses y si se instalará una aduana comercial”, admiten a este periódico las mismas fuentes policiales. A día de hoy, solo pueden transitar las fronteras entre las ciudades autónomas y Marruecos quienes estén en posesión de un pasaporte de la UE y ciudadanos autorizados a circular por el espacio Schengen, además de los pocos –apenas unas decenas- trabajadores transfronterizos con los permisos en regla.
Los dos años de fronteras selladas -por mor de la pandemia en primer lugar y la crisis diplomática que vivieron ambas administraciones después- no han bastado para que España y Marruecos hayan sido capaces de mejorar el dispositivo por ahora. Los nuevos tiempos, en fin, que aparentemente viven las relaciones bilaterales no han traído por ahora aires renovados a unos pasos que registran las mismas desalentadoras escenas de antaño.
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