Proposición
Podemos y los independentistas impulsan una reforma para usar lenguas cooficiales en el Congreso
La iniciativa busca poder intervenir en el hemiciclo en catalán, gallego o euskera
Hace apenas una semana, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tuvo que intervenir en diversas ocasiones para reclamar a diputados independentistas que dejaran de hablar en catalán y pasaran al castellano. Y Podemos, muy sensible a las reivindicaciones lingüísticas de todos los territorios de España, se ha unido a ERC, EH Bildu, JxCat, PDeCat, PNV, Más País y Compromís para impulsar una reforma del Reglamento del Congreso que permita a los diputados intervenir y presentar las iniciativas en las lenguas cooficiales (catalán, gallego o euskera).
En concreto, se modificaría el artículo 6, que quedaría redactado de la siguiente manera: «Los diputados tendrán el derecho de intervenir en las sesiones del pleno del Congreso y las Comisiones en cualquiera de las lenguas oficiales y reconocidas estatutariamente en sus Comunidades Autónomas. Asimismo, tendrán el derecho de presentar los escritos y documentos de índole parlamentaria en cualquiera de dichas lenguas».
Con esta medida, Podemos y los independentistas unen fuerzas para tratar de situar el debate lingüístico en el centro de la cámara baja, en un momento delicado por la aplicación de la sentencia del 25% de castellano en Cataluña, una resolución judicial que acabaría con el sistema de inmersión lingüística que ha imperado en la autonomía catalana desde los años 80 (el catalán es la lengua vehicular en la educación y deja arrinconado el castellano). La tramitación de la reforma del Reglamento del Congreso, por tanto, quedará en manos del PSOE: es quien tiene la llave para permitir su aprobación.
La propia iniciativa también recoge una disposición final sexta, que señala que los servicios de la Cámara «procederán a la traducción al castellano de los escritos». «Dichos escritos se publicarán en el Boletín Oficial de las Cortes Generales al menos en la lengua de presentación y en castellano», plantea.
En este sentido, cabe recordar que JxCat ya presentó una iniciativa similar en septiembre para reformar el Reglamento del Senado y dar cabida a las lenguas cooficiales, aduciendo que es una cámara territorial. Su portavoz, Josep Lluís Cleries, detalló que la medida tendría un coste cercano al millón de euros, por los cambios que conllevaría la normalización del uso de las lenguas cooficiales. Entonces, el PSOE permitió la tramitación y pasó a Comisión. Ahora, según explican fuentes socialistas consultadas, todavía no hay tomada ninguna decisión. También cabe decir que el uso de las lenguas cooficiales en la cámara alta está ya permitido en cierta medida, tras tres modificaciones del reglamento en los últimos casi 30 años.
En cualquier caso, el momento de debilidad por el que atraviesa el PSOE puede facilitar una cesión en este ámbito tan simbólico para los nacionalistas y los socios de investidura también son conscientes de ello. De ahí que intenten introducir ahora medidas de este tipo: por ejemplo, este miércoles mismo, prosperó una proposición de Ley de ERC y Bildu en el Senado para despenalizar la injurias al Rey con el apoyo del PSOE.
No hay que olvidar tampoco que el independentismo también lleva reclamando durante mucho tiempo que el catalán sea oficial en las instituciones europeas. En concreto, Esquerra lleva demandándolo desde 2004, pero no ha podido conseguirlo. De hecho, en una pregunta parlamentaria de los republicanos en el Congreso el año pasado, el ministro de Exteriores, José Luis Albares, recordó que el Gobierno lo pidió ya en 2004 durante el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, pero chocó con la negativa de la Unión Europea, que respondió que había que reformar el Tratado de la UE (aunque sí se aceptaron, desde entonces, todas las lenguas cooficiales como lenguas de comunicación).
En los últimos tiempos, en todo caso, menudea con más intensidad las intervenciones o el uso de expresiones en catalán por parte de los diputados independentistas, en un momento en que el debate lingüístico ha tomado fuerza en Cataluña. De hecho, en el constitucionalismo, hay quien ve que el separatismo ha cambiado el proceso independentista por un proceso lingüístico. También es cierto que, estratégicamente, a Esquerra le conviene más esta vía porque es menos conflictiva que la de los continuos desafíos rupturistas al Estado. Los republicanos buscan evitar la crispación para asentarse en el Govern y optan por centrarse en la gestión tras años de desgobierno e inestabilidad (se están volcando bastante en cuestiones ecónomicas y sociales). También es cierto que Pere Aragonès está tratando de forzar posiciones con el Gobierno a raíz del caso de espionaje de «pegasus» porque necesita también visibilidad: los índices de conocimiento por parte de la población en las encuestas de la Generalitat son bajos para ser president (está por debajo de Oriol Junqueras).
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