Partido Popular
Pablo Casado convocará el próximo martes un congreso extraordinario
El líder del PP reunirá el próximo martes, 1 de marzo, la Junta Directiva Nacional, que debería ser la encargada de convocarlo
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, reunirá la Junta Directiva Nacional para el próximo martes, día 1 de marzo, para convocar la celebración del XX Congreso Nacional, que tendrá carácter extraordinario. De este modo, el líder del PP hace caso a la cascada de voces internas que en las últimas horas habían pedido a Casado su convocatoria.
Es el caso del PP andaluz, que ha reclamado este martes la convocatoria de un “congreso extraordinario” de la formación a nivel nacional que se celebre “cuanto antes” y del que el Partido Popular salga “más unido que nunca”.
Así lo ha expresado el portavoz del PP-A, Ramón Fernández-Pacheco, en una rueda de prensa en la sede del partido, en Sevilla, donde a preguntas de los periodistas ha señalado que su formación está atravesando “la peor crisis que ha vivido probablemente en toda su historia”.
El también alcalde de Almería y secretario general del PP de Almería ha defendido que “ahora es el momento del diálogo para que se convoque un congreso extraordinario en el PP cuanto antes, y del que el PP salga más unido que nunca”.
También lo había pedido el PP de la Comunitat Valenciana a través de un comunicado consensuado con las tres direcciones provinciales: “En los últimos días, la dirección del PPCV ha trabajado para que la crisis abierta en el seno del PP se cerrase lo antes posible. Esta solución pasa por cerrarla cuanto antes. Necesitamos unidad. Es necesario celebrar un congreso extraordinario y urgente que dé voz anuestros militantes y que marque liderazgos fuertes que lleven al Partido Popular al Gobierno de España y que contribuyan al cambio por el que estamos trabajando en la Comunitat Valenciana”.
La secretaria general del PPCV, María José Catalá, quien avanzó a los medios que se iba a enviar este comunicado, ha defendido que el partido está muy unido, “vamos todos a una”. Ha asegurado que este comunicado se emite después de haber escuchado a afiliados y simpatizantes y comprobado cuáles son sus exigencias, que pasan por una rápida solución al problema generado y esto, “coincide completamente con la voluntad de la dirección del PPCV”.
También desde Castilla y León se ha consensuado una postura común por parte de todas las provincias que el presidente del partido, Alfonso Fernández Mañueco, tenía previsto trasladar este miércoles a Casado en la cumbre de dirigentes autonómicos que se ha convocado en la sede del partido en la calle Génova de Madrid, y que no es otra que exigir la convocatoria de un Congreso Extraordinario de “unidad”.
Mañueco ya ha señalado en varias ocasiones estos días desde que saltara el partido por los aires que esta situación debe arreglarse cuanto antes de una forma eficaz para pasar página pronto y evitar que el partido se siga desangrando, un sentir que comparten todos los líderes provinciales del partido en la Comunidad, según ha podido saber este periódico.
Hasta ahora, la dirección del PP había decidido resistir frente a las voces internas que exigen que den un paso al lado. Los movimientos dentro del partido se agitaron ayer aún más a raíz de la concentración que rodeó Génova en apoyo de Isabel Díaz Ayuso. Para Génova, «la mayoría» era militantes de Vox. Dentro de la organización política, sin embargo, esas imágenes tuvieron el impacto de un terremoto.
Hoy Casado ha convocado a su Comité de Dirección para activar «la hoja de ruta de aquí al verano». Ayer el líder popular tanteó a miembros de la Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos, y constató que los críticos no tendrían los apoyos suficientes, dos tercios de los votos, para convocar un cónclave extraordinario.
La dirección se agarraba a este precepto estatutario para desoír a los barones y cuadros territoriales que piden que se retiren para facilitar una solución rápida a la crisis y evitar que el partido «sufra». Casado tenía constancia de esta demanda porque se la han trasladado personalmente en las llamadas telefónicas que se han cruzado en estas últimas horas.
De hecho, hay un pacto tácito entre barones y otros altos cargos territoriales para que la convocatoria de ese congreso extraordinario fuese unida a la oferta de una «salida generosa» para los actuales mandos del partido. En estas conversaciones también han hablado con Ayuso, quien seguiría como presidenta de la Comunidad de Madrid y también tendría luz verde para hacerse con el control del PP regional, conforme al procedimiento del congreso. Dicen que Ayuso quiere «lavar su imagen» y «no aspira a nada más en clave nacional».
Sin embargo, la dirección del PP continuaba sosteniendo que «es cuestión de tiempo» que salga «toda la basura» que hay detrás de su gestión autonómica, y en esto se parapetan para negarse a ceder a las presiones internas, mediáticas y sociales.
El pronóstico de Génova es que el contrato de compra de mascarillas en pandemia, en el que medió el hermano de la presidenta madrileña, es, supuestamente, «sólo la punta del iceberg», y que, «una vez que salga todo a la luz», el partido acabará dándoles la razón. Por tanto, lo que les quedaba, contra el criterio del núcleo del poder territorial, es «resistir».
El plan de la dirección que preside Casado consistía en ganar tiempo con la presentación de una «hoja de ruta» que sirva para «unificar al partido y pasar página de esta crisis». Sin embargo, finalmente la presión ha hecho mella y, tras la dimisión del secretario general del partido, Teodoro García Egea, Casado ha decidido reunir el próximo martes a la Junta Directiva Nacional con el objetivo de convocar un Congreso Extraordinario, que podría zanjar la crisis que atraviesa el partido.
Lo que no se sabe aún es si Pablo Casado estaría dispuesto a competir por seguir al frente del partido. .
Más allá del problema interno, el líder popular también tiene que remar contra ese riesgo de desapego de la militancia y de las bases, sobre el que le están advirtiendo los dirigentes territoriales. En la sede nacional respondían a esto que el tiempo les dará la razón y que «se trata de seguir aguantando».
En paralelo, la sensación interna es que esta vez el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sí está animado a dar un paso al frente. Feijóo, el delfín de Mariano Rajoy, continúa siendo visto en importantes sectores del PP como una solución para cambiar de pantalla.
Sin embargo, quienes mejor le conocen plantean que el barón gallego quiere sosiego y tiempo para no dejar Galicia al descubierto. Incluso, en determinados ámbitos empiezan a extender la idea de que se nombre un coordinador general en Génova, hasta el congreso ordinario de antes del verano, y que sea de la confianza de Feijóo y Casado. Esto debería complementarse con reuniones territoriales periódicas. Apuntan, por ejemplo, al nombre de la ex ministra Ana Pastor, gallega, pero no exactamente del círculo de estrecha confianza de Feijóo.