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¿Son unas elecciones en clave nacional?
Los expertos aseguran que el resultado abrirá un nuevo ciclo político
Los castellano y leones votan hoy en unas elecciones autonómicas que, por primera vez, se celebran separadas de las municipales. Están convocados 2.094.490 ciudadanos para elegir a sus 81 representantes en las Cortes y, por lo tanto, para decidir quién dirigirá la comunidad en los próximos cuatro años. Son la antesala de las generales, unas elecciones que llegan en invierno y con amenaza de lluvia y además con la sexta ola de la pandemia todavía coleando. La trascendencia de los comicios no es baladí. Prueba de ello es que en el cierre de campaña participaron todos los nombres fuertes de las formaciones que cuentan con representación nacional. No en vano, la actualidad nacional ha estado muy presente en la campaña con temas polémicos como las macrogranjas pero también centrada en asuntos más regionales como la despoblación o la cohesión territorial. LA RAZÓN analiza con expertos el alcance de su resultado.
Eduardo González Vega, experto en Comunicación Política en la Universidad Camilo José Cela (UCJC), destaca que la fecha de celebración «que se sale del calendario» contribuye a que «se genere interés». En este sentido, explica, que «al estar fuera de las autonómicas y municipales generan un foco de interés especial y se atiende». Hay que recordar que el adelanto se produjo tras la deslealtad del ahora candidato por Ciudadanos, Francisco Igea, con el PP. Precisamente, al celebrarse al margen de otros procesos electorales «todos los principales líderes políticos pueden participar porque no tienen que estar en sus territorios repartidos». De ahí que durante estos días hayan desembarcado por Castilla y León figuras como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo o el secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa.
En la misma línea, el sociólogo experto en análisis demoscópicos, y director de Asuntos Públicos de Atrevia, Manuel Mostaza, señala que desde la reforma de los estatutos de autonomía, «cada vez son más la comunidades que se están saliendo del régimen de convocar en consonancia con las municipales» los procesos electorales. Ya pasó, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana o en el País Vasco, y según su opinión, «será la dinámica» y, por lo tanto, asistiremos a una sensación de campaña electoral permanente.
En este punto, desde la ruptura del modelo de bipartidismo, más o menos imperfecto, en el año 2014, con la consolidación de Ciudadanos y la irrupción de Podemos, «cada elección es una meta volante» –explica Mostaza– que argumenta que «nunca se llega a la meta», dado que desde 2011 «no hay mayorías absolutas», y como consecuencia asistimos a constantes y volátiles pactos de gobierno que se rompen al no alcanzar acuerdos, lo que conduce a una nueva convocatoria electoral.
Por otro lado, esa sensación de que las de hoy son unas elecciones en clave nacional se explica por el fuerte apoyo y bases que a nivel regional tienen las dos principales fuerzas políticas en liza. «Es inevitable» trasladar el resultado a nivel nacional, señalan. No sucede lo mismo con el País Vasco o Cataluña, donde los actores hegemónicos solo concurren en sus respectivos territorios. No obstante, –según González Vega– sería extremadamente peligroso trasladar el resultado de hoy a unas generales. «El calendario es caprichoso», explica. A su juicio «lo verdaderamente importante en clave nacional es la tendencia», es decir, analizar los resultados desde las generales de 2019 para poder sacar un conclusión respecto a posible movilidad en el voto.
Participación y partidos localistas
En el día de hoy será clave la movilización del electorado. De hecho, los candidatos de todo signo apelaron estos días a la participación. «Por lógica en unas autonómicas y municipales suele ser mayor», explica González Vega. Sin embargo, el hecho de separarlas puede condicionar la masiva afluencia del electorado por «la sensación de que juega menos». Tradicionalmente, votar a un alcalde moviliza más que a un presidente autonómico. Por este motivo, hemos asistido a una inusual movilización de figuras nacionales para atraer al electorado.
En otro orden de cosas, la penetración de las fuerzas localistas será crucial para conformar el nuevo tablero político. Sin embargo, no todas son nuevas. Formaciones como Unión del Pueblo Leonés (UPL) o Por Ávila son veteranas en las Cortes de Castilla y León y combinan los intereses tanto urbanos como rurales de las provincias y electorado al que representan. La incógnita es si se puede exportar al ámbito nacional.
Los expertos consultados coincide en subrayar la dificultad de proyectos como la España Vaciada –novato y centrado en el ámbito rural– para triunfar en todo el territorio nacional. Manuel Mostaza señala que para esta plataforma «la entrada en la vida política va a suponer un desencanto porque los problemas no solo se resuelven con dinero ni tienen una respuesta fácil que otros partidos no han encontrado». Por otro lado, Eduardo González Vega insiste en lo complicado que es aglutinar una identidad en torno a la España Vaciada a nivel nacional. «No se puede extrapolar la identidad de un Teruel Existe o un Soria ¡Ya! fuera de ese contexto», asegura. «Creo que ahí tienen un hándicap pero, además, cuando la expectativa de voto está entre el cambio o la continuidad, lo tienen muy complicado»
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