El cambio de rumbo del Gobierno en la gestión de la crisis afgana llegó después de que la oposición evidenciara lo obvio, la tardanza de Moncloa en reaccionar. Si bien fuentes gubernamentales informaron ayer por la tarde de que hoy el Gobierno supervisará el retorno del contingente español en Afganistán a través de un grupo de trabajo interministerial, lo cierto es que la presión de la oposición –encabezada por el Partido Popular– llevaba días insistiendo en este sentido.

El presidente popular, Pablo Casado, acusó ayer a Pedro Sánchez de desentenderse de la situación en Ceuta y Afganistán y le exigió «dar la cara». En un mensaje en Twitter, cargó contra el presidente por incumplir su promesa de vacunar al 70% de la población contra el coronavirus y le recriminó el «descontrolado» precio de la luz y los incendios «en plena sequía». También criticó las discrepancias en el seno del Gobierno de coalición: «Mientras sus ministros se pelean en inmigración, educación y fiscalidad, los líderes mundiales informan sobre Afganistán. Debe dar la cara», pidió.

Esta misma semana también había reclamado que compareciese en el Congreso de los Diputados para explicar la posición de España como previamente habían hecho los líderes de Alemania y Francia en esta semana.

Durante esta semana, las peticiones en este sentido se han repetido en la bancada de la derecha en el Congreso. Desde Vox exigieron la rendición de cuentas del Ejecutivo, más concretamente de los ministros de Exteriores, José Manuel Albares, y de Defensa, Margarita Robles. Por su parte, Ciudadanos presentó una proposición no de ley, para su debate en la Comisión de Exteriores, para instar al Gobierno a coordinar con sus socios internacionales «las acciones necesarias para asegurar, a la mayor brevedad posible, la evacuación segura» de los españoles.