Memoria Histórica
El hijo de Ávalos hace suya la defensa del monumento a Franco en Tenerife
“Los valores artísticos de la obra están por encima de las connotaciones sociales que la envuelven y hay que defenderla”
Juan de Ávalos, hijo del escultor del Valle de los Caídos, hace suya la causa por el monumento levantado por su padre en Santa Cruz de Tenerife, que está siendo objeto de una campaña para su retirada de la vía pública.
Una delegación de la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel acaba de desplazarse a la Fundación Juan de Ávalos, con sede en Madrid, para hacer entrega a su presidente –el propio hijo del reconocido escultor– de una copia del expediente para la defensa del Monumento a la Paz de Tenerife, identificado por sus detractores como una obra que ensalza a Francisco Franco, también conocida como Ángel de la Victoria.
Según Ávalos, “los valores artísticos de esta obra están por encima de las connotaciones sociales que la envuelven y por tanto hay que defenderla”. Una protección que la asociación San Miguel Arcángel está intentando, según explican fuentes de la entidad a LA RAZÓN, “al tratarse de una obra de valor artístico incuestionable”, realizada por Juan de Ávalos y Taborda, “uno de los escultores españoles más prestigiosos del siglo XX”. Su hijo asegura que “por supuesto” hará todo “lo posible” para “defender la obra de mi padre”.
El cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica obligó al cambio de nombre de ocho calles en Santa Cruz de Tenerife, pero las voces que claman por la eliminación del conjunto escultórico situado entre La Rambla y la Avenida Marítima aún esperan.
Delante tienen la oposición frontal de la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, que encabeza una campaña basada en la defensa acérrima de la obra de Ávalos. En su opinión, una actitud “legítima”, al no incurrir el conjunto “en ningún supuesto legal para su retirada, pues no incumple ninguno contemplado en las leyes actuales”.
Este argumento vendría refrendado además por la Ley de Memoria Histórica, que en su artículo 15.2 detalla que no será aplicable la eliminación de símbolos franquistas cuando “concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por ley”, aunque la asociación insiste además en que no hay en el conjunto escultórico nada que pueda identificarse con Franco. En su opinión, “se aprecia claramente” que “ni el ángel ni el guerrero” que forman parte de la obra “son iconográficos de Franco”.
La asociación San Miguel Arcángel considera además que “por supuesto” hay que tener en cuenta que “se trata de una obra sufragada por suscripción popular, que en 1965 contó con la aportación de miles de personas, más de 80.000 ciudadanos de toda la provincia de Santa Cruz de Tenerife”, y que “constituye una pieza irremplazable de su patrimonio artístico y cultural”.
Por estos motivos, sus responsables consideran que “es cometido” que les compete “proteger” la obra de Ávalos “contra la sinrazón y el odio de quienes quieren destruir el patrimonio y legado artístico que poseemos”. Utilizado el monumento como fuente, dejó de funcionar hace años por daños en el pavimento, y ha sido atacado en varias ocasiones con pintura roja.
La Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel solicitó al Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Santa Cruz medidas cautelares de protección para la escultura, “que han sido accedidas”. En la actualidad, el conjunto está bajo la protección de medidas cautelares y es intocable hasta una resolución definitiva.
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