Sánchez reaccionará a la decisión de Iglesias en su rueda de prensa con Macron a las 15:30

Pedro Sánchez se encuentra ya en Montauban con su anfitrión Emmanuel Macron para celebrar la XXVI Cumbre Hispanofrancesa. El anuncio del vicepresidente Iglesias de que dimite y abandona el Gobierno para enfrentarse a Ayuso en las elecciones a la Comunidad de Madrid ha situado este encuentro internacional del presidente español en el centro de la actualidad ya que se espera que Sánchez comente el movimiento estratégico de Iglesias en una rueda de prensa que tendrá lugar a las 15:30.

Fuentes de Podemos han informado de que el vicepresidente segundo ha informado a Pedro Sánchez por teléfono esta mañana poco antes de que el presidente español fuera recibido por Emmanuel Macron en la Prefectura de Montauban.

De hecho, en el momento en el que el Jefe del Ejecutivo español entraba en la Prefectura, segundos antes de saludar a Macron, un periodista español de los trasladados a esta pequeña ciudad de la Occitania francesa para cubrir la cumbre gritó proféticamente a Sánchez: «Presidente, buenos días. ¿Le preocupa la inestabilidad política en España». En estos momentos aun quedaba una media hora hasta que Iglesias hiciera público el vídeo en el que anunciaba su dimisión y su candidatura a las elecciones de la Comunidad de Madrid, pero el líder socialista ya había hablado por teléfono con él y, por lo tanto, conocía las intenciones de Iglesias que el resto del país aun ignoraba.

Siempre concentrado en la proyección de su imagen internacional -el periplo en Moncloa no durará eternamente y de algo habrá que vivir- Pedro Sánchez ha diseñado esta cita hoy en la pequeña ciudad francesa de Montauban en la que no falta ningún ingrediente para apuntalar su perfil de dinámico líder del centro izquierda europeo. En primer lugar está el anfitrión, Emmanuel Macron, baluarte que aun resiste contra la derecha populista mejor organizada de Europa que, además, cuenta con ese ademán entre enérgico y “serio” tan grato a afrancesados españoles de todos los siglos, incluido el actual.

Pero en segundo lugar estará el gesto simbólico de la visita a la tumba de Manuel Azaña, presidente de la segunda República, un político que atesoró durante su vida muchas lecciones sobre los peligros de echarse en brazos de la extrema izquierda que son ciertamente valiosas hoy en día.

Este acto de homenaje al exilio español será el broche final a la XXVI Cumbre Hispanofrancesa celebrada en esta ciudad de la Occitania a orillas del Tarn, un evento que llevaba sin celebrarse desde hace cuatro años, cuando Rajoy se reunió en Málaga con Hollande en un mundo pre-covid que hoy nos parece de otro siglo.

Es habitual que a estas citas asistan ministros formando parte de las delegaciones de ambos países, pero debido a las medidas contra la covid-19, en esta ocasión no estarán físicamente en Montauban y participarán por vía telemática. Hasta doce integrantes de cada Ejecutivo intervendrán a distancia en las conversaciones con sus respectivos homólogos, y por parte española lo harán los cuatro vicepresidentes y los ministros de Exteriores, Interior, Defensa, Justicia, Transporte, Trabajo, Educación y Universidades. Pero ellos no compartirán foto a orillas del Tarn. Tampoco ningún Rey se interpondrá en ángulo de las cámaras: sólo Sánchez, Macron y el fantasma de Manuel Azaña para cerrar el triunvirato republicano.

El guion de Moncloa habla de la voluntad del Gobierno de evidenciar la especial relación entre los dos países y los vínculos singulares creados con el exilio de miles de españoles a Francia a causa de la Guerra Civil y el franquismo y que empezaron allí una nueva vida. Por ello se firmará un tratado de doble nacionalidad como los que España tiene suscritos con Chile, Perú, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Argentina y Colombia. Según datos del Ejecutivo, unos 350.000 españoles que residen en Francia y unos 160.000 franceses que viven en España podrán optar a tener las dos nacionalidades, sin necesidad así de tener que renunciar a la de origen.