Memoria Histórica
El Ángel de la Victoria, (pen)último asalto en Tenerife por eliminar a Franco del espacio público
La Junta Republicana de Canarias pide la retirada del conjunto de Ávalos, cuyo valor artístico defiende la Fundación Franco apoyada en informes de expertos
Tras la retirada del monumento a Franco en Melilla, el objetivo a erradicar se ha centrado en un conjunto escultórico ubicado en Santa Cruz de Tenerife. Sus detractores se basan en que la eliminación responde al mandato de la Ley de Memoria Histórica (LMH), y sus defensores alegan respecto al primero que se trata de una estatua que recuerda a Franco como comandante de la Legión -antes de la Guerra Civil- y en el caso del segundo, que es una obra artística que escapa al objeto de la ley, además de que el “Generalísimo” no está identificado como tal.
Situado en una de las principales calles de la ciudad, este último conjunto es comúnmente conocido como “monumento a Franco”, y está formado por una de las esculturas más llamativas de Santa Cruz de Tenerife, obra de Juan de Ávalos, el autor que dio forma al conjunto del Valle de los Caídos.Su nombre oficial es “El Ángel de la Victoria” o “El Monumento del Ángel”.
La Real Academia de Bellas Artes solicitó al Cabildo en 2019 que declarase el monumento Bien de Interés Cultural (BIC), pero se rechazó alegando que hay un procedimiento judicial en marcha en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
A la expectativa
El Ayuntamiento se mantiene mientras tanto a la expectativa de lo que pueda suceder, sin “interés” ni “prisa” por “proteger” el conjunto, “algo que nunca se ha planteado”, según la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo. Por su parte, José Carlos Acha, concejal de Cultura del consistorio, habla de “una obra de arte” que “en todo caso hay que resignificar en algo que permita entender qué sucedió y ponerlo en contexto”.
En opinión de Arturo Armada, patrono en la isla de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) desde 2005, “no hay nada que identifique con Franco al conjunto”, que forman “un ángel ascendente con un guerrero encima”, y, afirma, “nunca ha habido una placa” que identifique “el monumento más fotografiado en Santa Cruz”.
Defensa de la obra de Ávalos
La Fundación Franco basa la defensa de la obra de Ávalos en los dictámenes que han emitido entidades como la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel o la Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), así como un documento de la Universidad San Pablo-CEU.
El informe jurídico establece que el conjunto escultórico está protegido por la propia Ley de Memoria Histórica en su punto 15.2, que afirma que la norma no es aplicable “cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley”. Según los expertos consultados, “es el caso”, ya que “poseer una obra de la categoría artística de la de Juan de Ávalos honra sin duda el patrimonio artístico de Santa Cruz de Tenerife”. De Ávalos se recuerda además su condición de Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1974) y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes (1880) y Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica.
Para la Fundación CICOP, “este conjunto arquitectónico constituye uno de los ejemplos en donde el pasado convive con el presente y el futuro”.
Obra emblemática
Arturo Armada no percibe animadversión entre los ciudadanos hacia la emblemática obra. “La gente lo tiene asimilado completamente”, dice. “Esto no tiene nada que ver con Melilla, que es una barbaridad, pero aquí no lo identifican con nada, es un conjunto escultórico que nadie se propone quitar, salvo los que se mueven con ese odio que uno no se explica...”.
Ese rechazo viene expresado en la recogida de 21.000 firmas que la Junta Republicana de Canarias dice haber recogido para apoyar su solicitud de que se retire el monumento y toda la simbología de exaltación del franquismo en la ciudad, y en una nota de prensa donde se calificaba a Franco de “genocida”.
“Esas firmas... Para que tengan un valor tienen que ir acompañadas de documentos, y dudo que hayan seguido esos cánones”, critica el patrono de la Fundación Franco. “Lo que sí hay son cientos de miles de personas que se adhirieron por suscripción popular a la construcción del conjunto en 1966”, apoyos “de todos los pueblos de la provincia”, desde donde contribuyeron “con una peseta, cinco, diez... Eso sí es un plebiscito de la voluntad del pueblo”.
Símbolo del triunfo de la paz
El informe de la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel señala que la obra fue levantada “en símbolo del triunfo de la paz entre españoles y no respondiendo a un motivo de exaltación de ninguno de los tipos” a los que hace referencia la LMH.
Sobre su autor, se recuerda que Juan de Ávalos fue “un escultor depurado por Franco por ser activo militante socialista y republicano, con carnet número 7 del PSOE de Mérida”.
Los expertos abogan por alcanzar, por medio de una resignificación, una solución que permita al monumento, en palabras del propio CICOP, “adquirir el rol que le corresponde y que su conservación trabaje para el futuro y no el pasado, ya superado por la mayoría de la sociedad”.
Su recomendación es “colocar una placa para que el monumento pudiera contextualizarse” y permitiera “no solo admirar el valor de la obra sino entender su verdadero significado”. Proponen como ejemplos del texto para esa placa dos inscripciones: “Monumento a la victoria de la Paz” o “Monumento a la victoria de la Paz erigido por suscripción popular”.
Preguntado acerca de un desenlace, Arturo Armada se muestra escéptico: “En estos tiempos convulsos puede pasar cualquier cosa, pero si el buen criterio y la capacidad de razonar triunfan, debería dejarse la obra como está”.
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