José Antonio Vera
Más difícil todavía
La mejor solución sería que gobernara el más votado
El resultado de anoche hace de España un país casi ingobernable. El partido más votado es el PP, pero lejos del resultado que auguraban las encuestas. Feijóo no va a poder superar la investidura salvo que le apoyen gratis total Vox, PNV, UPN y Coalición Canaria. El problema es que el PNV no lo hará si atisba que los populares se arreglan con el partido verde. Y es dudoso que Abascal dé su apoyo a Feijóo sin nada a cambio, aunque en realidad debería hacerlo, si su auténtico compromiso es acabar con el sanchismo. De oponerse es más que posible que quienes ayer le votaron se arrepientan en caso de repetición electoral.
En el otro lado, la coalición Frankenstein también parece improbable. Los nacionalistas vascos tienen elecciones el próximo año y no se pueden exponer a que le castigue su electorado más conservador por seguir apoyando a Sánchez. PNV y Bildu deberían votar juntos al candidato socialista, y eso no parece posible. Pero es que, de lo contrario, el actual presidente necesitaría a los siete diputados de Puigdemont, que no le van a dar su confianza por nada. Quedó claro anoche, por si hiciera falta, cuando el partido del prófugo valoró los resultados electorales.
Llegados a este punto, la mejor solución para el país sería que pudiera gobernar el candidato de la lista más votada, permitiendo que eso ocurra gracias a la abstención del PSOE. Es lo que propugnó Felipe González hace unos días, pero que de ninguna manera está dispuesto a facilitar Sánchez. Si eso no sucede, que no sucederá, la única solución es el más difícil todavía. La investidura del presidente del PP con los votos a favor, sin negociación previa ni condiciones, tanto de Vox como del PNV. Lo contrario sería obligar al país a otras elecciones, con lo que eso conlleva de castigo para quienes no hayan estado a la altura. Y ya sabemos lo que pasó con Ciudadanos.
Ni Núñez Feijóo ha ganado con tanta holgura como algunos pronosticaron, ni Pedro Sánchez se ha hundido como parecía que podría suceder tras el batacazo de las pasadas elecciones municipales. La realidad a veces supera a las encuestas y a los tracking machacones que durante días nos han estado martirizando con sus datos. Han acertado en el caso de Vox, el principal perdedor, pero el líder socialista, incluso, ha mejorado sus cifras con dos escaños más, pese a que muchos institutos de opinión le situaban veinte por debajo.