El polvorín de Nigeria y España

Nigeria es el tercer mayor proveedor de petróleo de España. El 10,6% del crudo que consumimos proviene de allí, solo superado por las importaciones de Estados Unidos (13,8%) y México (11,7%), y pese a que las compras a la nación africana cayeron casi un 30% hasta octubre pasado en favor de las mayores adquisiciones a Iberoamérica.

En lo que respecta al gas natural, Nigeria es el cuarto mayor suministrador con el 14,2% de cuota, solo superado por Argelia, Estados Unidos y Rusia.

Parece claro que lo que ocurre en Nigeria tiene bastante trascendencia en nuestro día a día, al menos cuando ponemos la calefacción y repostamos.

Nigeria, un país con 250 grupos étnicos y 500 idiomas, crece a la velocidad del rayo pero de forma desigual. Las proyecciones de PwC indican que Nigeria podría ascender ocho lugares en el ranking del PIB, hasta la posición 14 para 2050. Para esa fecha, habrá pasado en población a EE UU con una superficie menor que la décima parte del suelo estadounidense. Nigeria, el país más poblado de África, tendrá 400 millones de habitantes y una edad media de 17,5 años, una bomba demográfica para Europa.

Además, Nigeria afronta un problema crucial: la convivencia entre cristianos y musulmanes. Las autoridades nigerianas reportaron estas Navidades 150 muertos en varios ataques de individuos armados perpetrados en el estado de Plateau, en el centro de Nigeria. Allí son habituales los enfrentamientos entre comunidades de campesinos, mayoritariamente cristianas, y pastores del pueblo fulani, principalmente musulmanes.

El 50% de los nigerianos se declara musulmán mientras el 48% es cristiano. El Norte, lindando con Níger y donde los terroristas de Boko Haram perpetran sus masacres, es musulmán y el Sur, donde están la capital de facto (Lagos) y las décimas mayores reservas de petróleo del mundo, por delante de Estados Unidos, se concentran en el delta del Río Níger, en el Sur, de mayoría cristiana.

Además, el país afronta el problema del pillaje de petróleo y los secuestros. El Ejército liberó a 4.488 rehenes secuestrados por bandidos y terroristas durante sus operaciones en 2023.

El polvorín está ahí. Si Nigeria no halla la fórmula para convivir en paz y avanzar la réplica del fracaso nos sacudirá.