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Trabajo
Las reglas de oro que el jefe de los becarios debe tener en cuenta
Los líderes del siglo XXI tienen que huir de los malos tratos, de las humillaciones, de las salidas de tono y de los puñetazos en la mesa
La regla número uno que debe conocer todo aquel que se precie de ser jefe es que los becarios han llegado a las empresas para aprender, no para producir, ni para servir cafés, ni para hacer fotocopias.
La regla número uno que debe conocer todo aquel que se precie de ser jefe es que los becarios han llegado a las empresas para aprender, no para producir, ni para servir cafés, ni para hacer fotocopias. Entre los errores más frecuentes que se cometen está el tratarlos como a un empleado más, asumir que ya vienen aprendidos y que pueden rendir al mismo ritmo que cualquier otro compañero que esté en plantilla. Lo primero a interiorizar por el jefe es que se va a convertir probablemente en el primer superior que tenga ese becario estudiante o titulado en su vida y como tal deberá estar a la altura de las circunstancias y esforzarse por dejar una buena impronta en él. De ello depende que los líderes sean recordados por los pupilos el resto de sus vidas. A Alberto Gavilán, responsable de Recursos Humanos de Adecco le gusta llamar a los líderes que se ocupan de sus becarios, tutores. «La labor del tutor es la de formar, la de enseñar, más que de supervisión», dice este experto.
«Reñir es contraproducente»
Casi todos hemos tenido el honroso honor de ser becario. Sí, esa etapa de iniciación al mundo laboral en la que nos hemos sentido más perdidos que un pulpo en un garaje. Al estudiante o titulado en prácticas, se le debe procurar que su paso por la empresa sea lo más placentera posible, es decir que su experiencia en la compañía sea gratificante. De esta forma guardará tan buen recuerdo de la misma que hablará bien de ella. Por esta razón, los líderes que se encargan de su tutelaje deben huir del tono brusco cuando les habla, por supuesto jamás emplear palabras malsonantes, y evitar escenas desagradables como dar puñetazos en la mesa o tirar el teléfono al suelo a modo de reproche y jamás humillarles. Son algunas de las reglas de oro que deben cumplir los líderes del siglo XXI. «Reñir es contraproducente, el becario viene a aprender, por eso los tutores tienen que disponer de tiempo para hacer las cosas bien», advierte Gavilán.
Para muchos estudiantes este verano será el primer contacto con el mundo profesional y su aportación debe ser bien valorada. «Un programa de becas es un chollo para la empresa, porque le permite localizar talento. Hay muchos directivos que entraron como becarios. ¿Quién sabe si esa joven que va a venir el verano a nuestra empresa no terminará siendo la directora general de la compañía?», apunta Gonzalo Martínez de Miguel, director de Infova. Sin embargo no todos los jefes sirven para tutelar a los estudiantes o titulados en prácticas. «Es difícil ser un buen jefe de los becarios si ya de por sí eres un mal jefe», añade este experto. Para sacar el mejor rendimiento y la mejor experiencia del aprendiz, es fundamental no arrinconarle en una mesa. Que sus prácticas en la empresa no estén vacías, lo que podría desvelar que la empresa solo busca cumplir el trámite. Una buena receta es establecer un protocolo de bienvenida. «Explicarles el primer día quién es quién en la empresa es capital, como también lo es involucrarles en el café de la mañana. Hay organizaciones que incluso dan una copa de bienvenida a los becarios. Por otro lado, tener previsto donde se van a sentar y dispensarles un ordenador son obviedades que a veces no se cuidan», señala Martínez de Miguel.
Otro error muy común en las empresas es echar «balones fuera» cuando se hacen mal las cosas. En este sentido todavía hay jefes que cargan su responsabilidad en el becario. «De todo lo que se hace en la empresa el responsable último es el líder. Decir que “encargué el trabajo al estudiante en prácticas” no es una eximente», recuerda el director de Infova.
Retribuirles por su trabajo es también, en opinión de este experto, un ingrediente necesario. España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea donde más jóvenes con sus estudios terminados trabaja en prácticas. Y ocupa además el primer puesto entre los estados donde los becarios están peor pagados. El 70% asegura que la compensación que recibe es insuficiente para cubrir el coste de la vida, según un informe de la Comisión Europea. Marta trabajó de becaria en una consultoría española durante un verano y destaca que a pesar de que las prácticas no estaban remuneradas «fueron muy útiles a la hora de encontrar un trabajo estable». Pero vivir una buena experiencia como becario no solo depende del jefe. Éste también tiene que poner de su parte y llegar a la empresa con ganas de aprovechar al máximo las prácticas, de empacharse de los conocimientos del resto del equipo. «Hay becarios que vienen con una buena actitud, dispuestos a darlo todo, mientras que otros solo vienen a pasar el rato. En este caso hay que abrirles los ojos, hacerles ver que si se esfuerzan un poco van a aprender. Para algunos la beca supondrá una oportunidad laboral, y no solo unas prácticas», señala José Castellanos, managing director de PageGroup.
Martínez de Miguel aconseja a los becarios llegar a la empresa con una actitud humilde. «Pon el corazón en lo que hagas, no seas rácano en la pasión, en el entusiasmo, en las ganas».
Trabajar y estudiar a la vez no es sencillo. Hay becarios que o bien no valoran la oportunidad de aprendizaje que les da la beca y no le sacan el potencial. Por el contrario, otros descuidan sus estudios por querer formar parte anticipadamente de la población activa. «En el equilibrio está la virtud», concluye Marco Laveda, Managing Director Spain & Portugal de Robert Walters.
Consejos útiles
1 Los jefes tienen que corregir los errores del becario con firmeza, pero con amabilidad. Se puede estar en desacuerdo, pero sin desagrado.
2 No se les debe cortar las alas, hay que dejarles opinar, equivocarse. Huir de los reproches y no ridiculizarles, son algunos consejos de Martínez de Miguel.
3 Intégrale, no le arrincones como un mueble, no le veas como una carga. Al trabajador en prácticas hay que ofrecerle confianza y atenderle.
4 No hay nada peor para desmotivar a un profesional que la falta de aprecio a su labor. Ocúpate de que entienda el sentido de su trabajo.
5 Este verano los jefes tendrán la oportunidad de dejar una impronta, una huella que acompañará a ese joven durante toda su carrera profesional.
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