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Evolving Therapeutics: virus que se comen a las bacterias más resistentes

La spin-off de la Universidad de Valencia, creada por las hermanas Pilar y Marisa Domingo Calap, nació hace un año para combatir bacterias multirresistentes a los antibióticos a través de fagos

 Evolving Therapeutics, creada por Pilar y Marisa Domingo Calap, ha sido varias veces galardonada como mejor startup
Evolving Therapeutics, creada por Pilar y Marisa Domingo Calap, ha sido varias veces galardonada como mejor startupArchivo

Evolving Therapeutics, creada por las hermanas Pilar y Marisa Domingo Calap, nació hace un año como una spin-off de la Universidad de Valencia para combatir bacterias multirresistentes a los antibióticos a través de bacteriófagos (virus que comen bacterias). «Las bacterias multirresistentes ocasionan serios problemas, principalmente en salud humana, ya que, debido al mal uso y abuso de los antibióticos, estos han propiciado la emergencia de resistencias antimicrobianas. En este sentido, en muchos casos los tratamientos disponibles actualmente no son efectivos y se requiere implementar nuevas estrategias de control», explica Marisa Domingo Calap, cofundadora y CEO de esta startup.

De hecho, un estudio reciente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) alerta de que más de 20.000 personas fallecen al año en España tras ser diagnosticadas de infección por bacterias multirresistentes. La «inmunidad» frente a los antimicrobianos se considera una de las diez amenazas más graves para la salud pública a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2019, se registraron casi cinco millones de muertes relacionadas con resistencias antimicrobianas en todo el mundo. De no revertir esta tendencia, se espera que las bacterias multirresistentes se conviertan en la principal causa de muerte en 2050, superando al cáncer.

«Los fagos son capaces de matar a estas bacterias aunque sean multirresistentes de una manera muy precisa y eficaz, sin generar efectos secundarios y sin generar residuos. Al ser tan específicos, solo van a matar la bacteria diana sin afectar al resto de bacterias beneficiosas», explica Marisa Domingo Calap. «Son económicamente viables debido a su bajo costo de producción. Al contrario que los tratamientos disponibles, los cuales son químicamente estables, los fagos son adaptativos, por lo que son capaces de contrarrestar la posible emergencia de resistencias antimicrobianas», añade.

Diversos usos

Gracias a la dilatada experiencia en el estudio de los fagos del equipo fundador, Evolving Therapeutics contribuye a solucionar este problema ofreciendo servicios de asesoramiento científico y soluciones personalizadas basadas en fagos, para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de bacterias patógenas, incluyendo salud humana, animal y vegetal, así como industria y medioambiente.

A día de hoy, los países occidentales carecen de legislación específica y de ensayos clínicos reconocidos y validados por las agencias regulatorias para el uso de fagos en pacientes, animales o cultivos, estando solamente permitido en casos excepcionales. Desde el laboratorio de Pilar Domingo Calap, se están realizando los primeros tratamientos compasivos en pacientes, en diferentes hospitales de España, con fagos producidos en este laboratorio. «Toda esta labor se está realizando gracias al crowdfunding #adoptaunfago, promovido por la Federación Española de Fibrosis Quística, y a mediados de este año, que se prevé que se acaben estos fondos, los tratamientos compasivos pasarán a llevarse a cabo a través de Evolving Therapeutics S.L. de manera altruista, gracias a los beneficios obtenidos en otros sectores a los cuales damos servicio», explica Pilar.

«Debido a la necesidad real existente de implementar y desarrollar nuevas terapias alternativas a los antibióticos, el uso de los fagos contra bacterias se está tramitando a través de agencias nacionales e internacionales como la AEMPS, la EFSA, o la EMA, tanto en humanos, como en animales, plantas, e incluso en producción alimentaria», puntualiza la científica Marisa Domingo.