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Instituciones
Calviño no logra que se negocie su candidatura al BEI en el Ecofin de Santiago
El Gobierno solo reconoce que habrá "puntos informales de información". No se ha incluido en la agenda oficial. Francia admite que la elección de un candidato está "muy verde"
Francia y Alemania tienen la llave de la puerta que abre a la vicepresidenta económica española, Nadia Calviño, la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Pero ninguno de los dos tiene por ahora candidato firme al que apoyar y guardan celosamente sus cartas, que tampoco se desvelarán en las reuniones del Ecofin que se celebran hasta el domingo en Santiago de Compostela. Bélgica preside el Consejo de Gobernadores del BEI y, por tanto, es quien tiene potestad para abrir el capítulo de reuniones. La llegada de todos los ministros de Economía y Finanzas de la UE, que son también los gobernadores de la entidad, era una buena oportunidad para tratar el asunto, pero no se ha incluido en la agenda oficial.
El pasado viernes, el ministro de Economía belga abrió la ronda de consultas para buscar un candidato al sillón del BEI y podría haber dado luz verde a conversaciones informales en los márgenes de la reunión compostelana, para que se vayan acercando posturas y clarificando apoyos. Pero, de momento, el asunto se ha dejado fuera de las reuniones oficiales, pese a la fuerte presión ejercida por el Gobierno español durante los últimos días.
Ante el inmovilismo belga, Calviño no ha tenido más remedio que reconocer que, definitivamente, no tratará su candidatura con el resto de ministros europeos, ni de forma informal ni oficial. En la Televisión de Galicia, la vicepresidenta primera ha confirmado que "siendo yo la que presido las reuniones no voy a tratar el tema, ni tengo ninguna intención de hablar con los ministros de ello porque no me parece que sea ni el lugar ni el momento adecuados", aunque fuentes oficiales sí confirmaron a LA RAZÓN que su intención sí era esa, para lograr un "triunfo ante la opinión pública y marcar distancia con el resto de candidatos". Al menos, fuentes gubernamentales sí que han admitido que "seguro" habrá "puntos informales de información", en los que se hablará sobre las candidaturas a la presidencia del BEI. "Es una obviedad que en algún momento se tratará el tema".
Las mismas fuentes admiten que pese a la calidad de las distintas candidaturas que han presentado los países, "reflejo de la importancia estratégica de una institución como el BEI", dos de ellas son las favoritas: la española de Calviño y la de la ex ministra danesa Margrethe Vestager. "España presenta una candidatura muy potente", por lo que hay "tenemos mucho optimismo sobre las posibilidades y el resultado final".
La elección ayer de la germana Claudia Buch para presidir el Consejo de Supervisión del BCE ha impulsado las posibilidades de que los dos principales votos del Consejo, Francia y Alemania, den su apoyo a Calviño, máxime cuando su principal rival para el puesto es la comisaria europea de Competencia y ex ministra danesa, Margrethe Vestager, que ha tenido sus más y sus menos tanto con el Gobierno de Berlín como con el de París por su política ultraliberal, por sus reticencias a que gane peso el eje franco-alemán y, en último término, por su fallida apuesta personal para nombrar a una economista estadounidense, Fiona Scott Morton, como directora general del área económica de la UE.
El voto italiano está descartado al presentar su propio candidato, el exministro de Finanzas Daniele Franco, aunque sus posibilidades se han reducido casi a cero tras la nominación del vicegobernador del Banco de Italia, Piero Cipollone, para entrar en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE). Los otros dos candidatos en liza para dirigir el BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros, parecen ser piezas testimoniales, salvo sorpresa de última hora.
De momento, Calviño no tiene atados los dos votos esenciales. Francia ha reconocido que no tiene un candidato favorito entre los cinco que se han presentado, y considera que la elección "está muy verde" y reclama que se clarifiquen las posiciones con "alguna renuncia" entre los que menos opciones tienen. El titular francés de Economía, Bruno Le Maire, ha confirmado que no tiene previsto mantener una reunión bilateral en Santiago con su homóloga española, a la que ya recibió en París para discutir sobre su candidatura. Para París lo importante es saber cuáles son las prioridades que quiere dar a ese organismo en el nuevo mandato, sobre todo en lo que Francia compete, como un mayor inversión en tecnología, industria, Defensa, la financiación de proyectos en África y para el nuevo plan de energía nuclear francés. Calviño no ha desdeñado ninguna de estas propuestas, incluida la nuclear.
En cuanto a Alemania, el descarte de la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, como presidenta del Consejo de Supervisión del BCE en favor de la germana Claudia Buch dispara las opciones de que den su apoyo definitivo a Calviño, dada la ley no escrita de equilibrio de poderes entre los cuatros grandes de Europa (Alemania, Francia, España e Italia). Aunque la decisión sobre Buch no es definitiva, porque aún debe comparecer ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo para luego someter a votación su elección en sesión plenaria, todo apunta que no habrá sorpresa. Pero, si fuera así, supondría un golpe institucional que trastocaría todo el equilibrio de fuerzas y abriría una vía de agua a la candidatura española.
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