Empresas
Jack Ma cederá el control del gigante financiero chino Ant Group
El magnate y fundador de Alibaba sólo retendrá el 6,2% de los derechos de voto de la compañía
El fundador del gigante chino del comercio electrónico Alibaba, Jack Ma, cederá el control de Ant Group como parte de un proceso de reestructuración con el que aspira a zanjar la presión de los reguladores iniciada hace dos años, tras la cancelación de la salida a bolsa de la empresa. El inversor y filántropo se ha alejado de la atención mediática desde que una ofensiva del Partido Comunista cercenó su imperio.
Ant Group reformará su estructura accionarial, diluyendo el poder de voto de su fundador, para que la entidad tecnofinanciera más grande de China sea más «transparente y diversificada», un paso crucial que se considera necesario para encarrilar de nuevo su esperada salida a bolsa. Así, el magnate pondrá fin a un pacto de accionistas con el presidente de Ant, Eric Jing, el ex consejero delegado Simon Hu y el veterano de Alibaba Group Holding Jiang Fang que otorgaba a Ma el 53,46% del poder de voto en la empresa
Ant opera en el gigante asiático la omnipresente aplicación de pago por móvil Alipay, la mayor del mundo, que cuenta con más de 1.000 millones de clientes. El grupo, cuyas empresas abarcan también los préstamos a compradores y la distribución de seguros, ha declarado que Ma y otros nueve de sus principales accionistas habían acordado no actuar de forma conjunta a la hora de ejercer sus derechos de voto y que se limitarían a hacerlo de forma independiente. Añadió que las participaciones de los accionistas en la compañía no cambiarán a causa de estas variaciones. Asimismo, ha indicado que sumará un quinto consejero independiente a su consejo de administración para que los ejecutivos autónomos constituyan la mayoría del patronato de la empresa.
Participación diluida
Tras la reestructuración, el fundador de Alibaba cederá el control del gigante financiero que fundó en 2014. Mantendrá apenas el 6,2% de los derechos de voto, dado que la firma se propone garantizar que «ningún accionista, por sí solo o conjuntamente con otras partes, tenga el control sobre el grupo», según informó la entidad en un comunicado ayer.
Mientras tanto, Ant prepararía una nueva salida a bolsa. La redistribución de los derechos de voto retrasaría el relanzamiento. Una OPV tras un cambio de control sólo es posible en las denominadas bolsas chinas de acciones A después de tres años, en la bolsa STAR de Shanghai tras dos años y en la bolsa de Hong Kong al año.
El rostro más emblemático del tejido empresarial asiático desapareció de los focos hace más de dos años, después de pronunciar un discurso crítico hacia los reguladores financieros y los bancos estatales que provocó la ira de Pekín. Estos habían torpedeado en el último minuto una OPV por valor de 34.700 millones de euros en 2020, la mayor de la historia, por temor a que la empresa supusiera un riesgo para la estabilidad del sistema financiero chino. Al año siguiente, impusieron a Alibaba una multa récord de 2.750 millones de dólares por supuestas prácticas desleales. Desde entonces, el grupo ha impulsado una reorganización.
Las autoridades chinas han suavizado en los últimos meses su tono frente a la represión del sector en medio de los esfuerzos para reforzar un sistema económico que se ha visto muy perjudicado por el Covid-19. Esta misma semana, el Gobierno anunció que Ant Group había obtenido permiso para recaudar 1.443 millones de euros para su división de financiación al consumo, una señal más de que las autoridades estarían relajando su control sobre la empresa.
La división de la Comisión Reguladora de Banca y Seguros de China en Chongqing dio luz verde al plan de la empresa para elevar su capital a 2.500 millones de euros, según una notificación del 30 de diciembre. Ant, que aportó 720 millones de euros como parte del plan, controlará la mitad de sus acciones tras la operación, mientras que una unidad propiedad de la ciudad de Hangzhou poseerá el 10%, convirtiéndose en el segundo mayor accionista.
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