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Vivienda

Estas son las formas de cambiar una hipoteca fija por una variable

Abrir una nueva hipoteca a interés fijo para cancelar la que ya tiene es una de las alternativas más costosas, ya que puede suponer hasta el 1% del precio de la hipoteca

Llaves de una vivienda UNSPLASHUNSPLASH

Una inflación desbocada, los tipos de interés y el euríbor en mínimos históricos, el cuál se prevé que se mantendrá bajo durante los próximos años; son algunos de los motivos que lleva a muchas personas a plantearse si es conveniente cambiar de una hipoteca variable a una fija.

Este proceso puede resultar interesante para quiénes quieran adquirir una vivienda, dado que las hipotecas fijas establecen los intereses que se cobrarán acorde al nivel del euríbor en el momento de la firma. Por lo tanto, este indicador al estar en mínimos históricos, los propietarios pagarán pocos intereses a lo largo de toda la vida de la hipoteca, ya que siempre se pagará la misma cuota desde la primera hasta la última mensualidad.

Es por ello que las hipotecas fijas en la actualidad se encuentran más baratas que nunca, por lo que los propietarios pueden beneficiarse de los tipos de interés bajos. Asimismo su cambio de una hipoteca variable a una fija resulta un trámite “relativamente sencillo” y que puede llevare a cabo de diferentes formas.

Cómo cambiar de hipoteca variable a fija

Tras sopesar las ventajas y desventajas de ambas hipotecas, si el propietario se decanta por cambiarse a una hipoteca fija para tener la tranquilidad de pagar siempre lo mismo y mejorar sus condiciones, existen al menos tres formas diferentes para conseguirlo.

Novación de la hipoteca

En primer lugar, una de las opciones es hacer una novación de la hipoteca. Esto consiste en un trámite que permite al propietario cambiar las condiciones del contrato de la hipoteca con su entidad bancaria. Esta es la opción más sencilla y recomendable que permite cambiar la hipoteca de tipo variable a fijo. Para realizar la novación es nectario comunicarlo al banco y plantearle la operación, aunque la entidad puede negarse.

Subrogar el préstamo hipotecario

En el caso de que el banco actual del propietario se niegue a realizar la novación, el propietario puede hacer una subrogación de la hipoteca, es decir, cambiar el préstamo hipotecario a otra entidad bancaria para que esta sea la que aplique un tipo fijo. Esto permite al propietario volver a formular los términos de la hipoteca y, de esta forma, pasar sin problemas de una hipoteca variable a una fija.

Abrir nueva hipoteca

Por último, otra de las alternativas que permitirá a la persona interesada pasar de una hipoteca variable a otra fija es cancelar la hipoteca actual y abrir otra nueva, estableciendo el tipo de interés con dijo en vez de variable. Esta puede resultar una opción interesante en el caso de querer hacer una ampliación de la hipoteca, como en el caso de llevar a cabo una reforma integral de la vivienda, en la que el propietario necesitará mayor capital para el proyecto en concreto,

Este es el coste de pasar de hipoteca variable a fija

El precio de realizar el cambio de una hipoteca variable a fija dependerá de la opción que el propietario haya escogido. El coste que las entidades financieras pueden cobrar por llevar a cabo estas operaciones está limitado por la ley hipotecaria de 2019, por lo que los precios máximos serán los siguientes:

Si el propietario escoge la novación, una de las formas más sencillas y rápidas, la comisión que trae consigo esta alternativa será del 0,15% durante los tres primeros años de la hipoteca y esta desaparecerá pasada esta fecha.

Al igual que la novación, en el caso de la subrogación, la comisión es idéntica, es decir, 0,15% durante tres años. Sin embargo, a este porcentaje habrá que sumarle el coste derivado de la tasación de la vivienda (proceso indispensable para llevar a cabo la subrogación), el cuál supone de media en torno a los 300 o 600 euros aproximadamente.

Por último, en el caso de que el cambio de produzca mediante la cancelación de la hipoteca actual y el abrir otra nueva, esta opción resulta la más costosa, ya que puede llegar a suponer hasta el 1% del precio de la hipoteca. Del mismo modo, a este coste habrá que sumarle los gastos e impuestos asociados a la nueva hipoteca en el caso de haberlos.